1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación
Tú que eres la otra orilla de mi silencio,
Ese rumbo milenario que me empuja
desde razas y tormentas
y veces clausuradas,
Un encuentro que no culmina búsquedas
pero que no serás encontrada hasta
encontrarte,
tú que tienes el tú de mi costado,
que aún no sabe de tu mano y de tu
rostro
Que serás el sueño tras un siglo de
vigilia
y el párpado después del ojo alerta,
porque la consigna es encontrarte
sin seguirte el rastro,
serás conmigo instante y sitio
sin haber sido llamados,
un dedo imperativo por la espalda
atraviesa historias hasta el día,
y un rostro donde podamos
recoger los nuestros por igual
mitad y mitad,
tierra y semilla,
esperanza y víspera y desvelo de labriego,
nos llama por delante
porque será de nosotros.
Buscaremos con sangre de nuestros
dedos cansados,
escarbando cementerios
y destapando ruinas
preguntando sombras
y cumpliendo la angustia
de la espera inexorable,
buscaremos, pero sin seguir
un rastro (Nosotros que preguntamos por nosotros,
sin sabernos)
será un camino nuevo
y un rumbo inaugurado
y hallaremos, el exacto tú
de los dos juntos,
lo que nos falta desde siempre
para no morir aunque la muerte,
y diremos la sola carne,
la sola espera
y el por fin nosotros completado
Y después
volveremos del mar de los principios
donde los labriegos sueñan a la
orilla de un huerto
echadas las redes en la tierra
delirando peces
o llorando anzuelos solitarios
Volveremos, alzaremos el fruto
de tu vientre,
Tú con la tierra bendecida
La tierra carne hinchada
de telares de colmenas
rodeando el hijo que será semilla
y yo con la vigilia alertada
a la costa de tu sueño.
como un sacristán ahuyenta
el ruido del mundo
de algún templo


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario