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Poema
Publicado por Jorge Lemoine y Bosshardt en el blog Mundo poético de Jorge Lemoine y Bosshardt © Todos los Derechos Reservados. Vistas: 241
Amiga mía. No sé ni siquiera cómo decirte querida Graciela.
Ya no te goteo de las manos a la hora de la poesía que tu soledad acomoda.
Y sigues tejiendo pariendo o sangrando
pero ya tu voz no me busca
como un barco
—yo me quedo con el humo y la sirena—
que pone más allá la lejanía
que se va y me hace espalda
que pone más acá la soledad de haber quedado o de haber sido partido
olvidado
o ya no más o peor, ya nunca.
Ahora pierdo tu costado
tu tácita presencia
tu sitio regular.
Ya tus palabras no me hacen casa.
Tu barco parte y me regala un muelle.
¡Qué triste amiga no andarte la poesía!
Qué triste el desembarco o el destierro
la culpa o el olvido porque sí.
He sido vaciado de tus cosas.
Tus ritos me derogan, y en la clausura
tu silencio
la manera final y la más anónima de tus palabras
me asuela como la tristeza de no ser
de haber sido y ya no ser.
Ya no doblegamos el imperativo de los astros
los astros nos preceden y ya no nos esperan
para no equivocarse.
Ya somos obligados y libres en nosotros como en una jaula redonda.
Nuestro albedrío no excede nuestras manos
nuestro sueño.
Abrimos la reja de los pájaros, como para irnos
y nos quedamos.
Somos peceras y somos los peces de adentro.
Y nuestra libertad redonda o cuadrada
o qué más da si mensurable
está crucificada cuatro veces por cadenas.
Amiga, hicimos una ruta
y éramos testigos.
Ahora nos volvemos y la tierra se quema.
¿Cómo señalar el regreso?
Es cierto
el que encuentra una razón para volver
ya no parte por lo mismo que se fue
y, sin embargo, ¿quién tiene la razón de desandarnos
de evacuarnos el recuerdo
de nombrarnos con olvido como lavando el veneno
o cerrando con tierra por las manos
puñado por puñado el pozo y el abismo?
Ya no será el desierto alrededor.
Ya no hay alrededor.
La arena pierde el cerrojo el vientre o la garganta.
La arena toda.
Ya no somos el agua la fantasía el espejismo
el pozo o el aljibe.
¡Qué raro haber sido! Es como conocerse en otro.
Y aquí hemos sido porque recién se ha sido cuando se fue.
Y yo amigo de verdad amigo
de verdad aunque no tuve la rosa
la fruta, como tuviste la rosa y la fruta y la bandera
te hice mi casa de poesía sin poeta
con la flor por adentro de la tierra
y el hormiguero que te hacía mi garganta
—como el agua en la arena del silencio—
aún te llama
aún te canta o te levanta
con ronquidos, con voz de palo sucia o ensuciada
aunque ya no me espere tu voz que me dejó a la espalda
aunque me haya atrasado a tu costado y tu tristeza.
Hoy te busqué
me busqué por los jardines de tu canto
revisé las tumbas y las cruces como el último muerto que se busca en la tierra ya sin tiempo
en los soldados de la guerra final sin derrotados
y no hallé mi nombre, no hallé mi tumba ni mi muerto.
Como si no me hubiese llamado o no hubiera sido nunca.
Un día hallarás mi carta del olvido
esperando que tú también te vuelvas sobre los jardines.
Tú tienes una flor y una campana con tu nombre
pero no hay tumba ni partida bajo tierra.
Allí me asumirán los siglos
esperando que me halles en la espera
hasta que leas esto o hasta que no vuelvas.
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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