1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación
Cuanto más gente hay más falta lo que no tengo
Cuanto más cosas me rodean más solo me siento
Si tú no estás es como... como si fuera ciego,
aunque todos me hablen..., todo es el silencio
Y tengo un pozo clavado ojos adentro
todo es lejano no lo comprendo.
todo es extraño y pienso
mientras todo esto es yo estoy muy lejos
y entre toda la noche que me encandila,
te recuerdo,
y la música crece y me llega al cuello
como una ciénaga en que pueda hundirme
yo no sé dónde estás pero te sueño.
tal vez olor de cómo eras, un poco, pero te
pienso
y con las pocas cosas que rescaté de ti entre el mundo
te hago en un trono un ídolo inmenso
y en las noches como ésta, tristes, largas,
te me arrodillo y rezo.
Tal vez no sé rezar tal vez yo no sé cantar
pero grito himnos en silencio
Y son todos tuyos. tú que estás lejos aunque tal vez no
estás tan lejos, pero no estás aquí y eso
basta inmensamente, para que mi
distancia acabe en otro puerto.
yo sé que todos tienen un momento
en que se retraen de todo, de la carne los
ojos y los dedos
y se acurrucan en el alma a la hora del rezo.
tal vez ésta es mi hora y sea por eso.
Yo no pregunto por qué, simplemente
sueño:
Eras tan dulce a veces lejana vaga, como
una música que de lejos me viene
estabas llena de..... cómo decirlo simplemente
de esas cosas que tienen los pájaros y los árboles,
que tiene Dios, de esas cosas que tú tienes,
y tenías una lejanía, un túnel de cristal
en los ojos
y a veces te asomabas como queriendo ver qué
pasaba donde eran los otros.
y volvías a tu gruta tal vez a masticar
un rostro aprendido en esas tardes
azules.
Ya casi en el recuerdo todos los días son uno solo.
es como animarte sin horas sin lugares
sin esas cosas que son simples detalles
verte como una flor al alba,
transparente pura blanca
oírte la voz limpia, descalza
y las manos desnudas como las gaviotas
blancas
tal vez ya no volverás.
tal vez yo te olvidé y tu recuerdo me
sorprenda un día,
pero aunque pases como esas cosas
que sin más se olvidan...
(no no pasarás... aunque sí, debo
volver a la vida)
y si pasas como esas cosas que no tienen
todavía
ahora antes de tu olvido,
para que quede como un hito de mi historia
este testigo, te doy este trofeo de mí
mismo,
y te guardo sin respuestas de mañana,
sin saber de los buques partidos.
me inclino como una abeja llena de fervor
y me arrodillo
y para el tal vez olvido
te escribo.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario