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Cuando el mundo duele más acá del sueño
Alzo tu nombre como una dulce espada
para gritarle a Dios con el silencio
Entonces, amor, de tanto albedrío sin fronteras,
levanto las cenizas de tu rostro en ruinas
como mi propio pájaro que ha muerto contra
el alba
Porque cuando tu imagen tiene mi alma
como una manera de que vivas entre yo y el
mundo
Toda la libertad que tu oficio no conoce
se te apoya a los pies para besarte el trigo.
Tú no sabes de romper tu propio templo,
de quemar tu pagana devoción ninguna
tarde
Porque tienes el temor ojos adentro
de morir sin costado
con el puerto sin razón entre los
dedos
roto y callado a la nuca de un
barco.
Pero yo
desmantelo tarde a tarde el altar de tanto tiempo
para apoyar mi fervor
en tu recuerdo.
hasta que te acate mi frente doblegada.
Y yo no quiero que mi sangre rota
sea un tren al espanto cada noche.
yo te busco, yo aprendí a buscarte,
por tu tierna soledad de espera
por mi dolor sin rumbo y sin altares.
Ahora bien, si no te crece mi voz
desde el silencio
si un púlpito de altura no te tiende el huerto
suicidaré la paloma que te alcanzo
por no romperte un canto sin palabras.
Éste es el himno que enarbola mi garganta
ésta es la paz de saberte señalada
y el tesón invencible de mi espera,
más allá de los rostros que profesas
y a pesar de todo
y aun de mi olvido si te intenta.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
  • Nancysant
  • Jorge Lemoine y Bosshardt
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