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Te remontaré por las raíces de la sangre
por todos los accesos del mundo que te acude
te invadiré como la lluvia envainada
se ajusta en los hormigueros.
Te treparé por los ojos con sabor de lejanía
que se harán más largos sobre mí
y te inundaré el insomnio
con cantos maduros
y pájaros de manos roncas.
Te desataré la sangre desbocada
desnudaré el olvido sin principio
empezándome el recuerdo que me nombre
y tendré la imagen
cavada a vaso de garganta
en tu silencio de hornero
que me recorre el cuello
viajándome las palabras que me eres
Te descalzaré los ojos
mi grito de sol no tiene invierno
pero aún te quedan cementerios
para dolerte la mirada
e inventarte el odio
Yo a tientas floto
sobre el lenguaje infinito del silencio
que me cabe gota a gota como la sangre de la
tierra
se hace canto de flor
en la garganta de los árboles.
Tú designas mi hallada primavera
como tu piel que no es mis manos
aunque brote debajo de mis dedos
yo floto a tientas y es cierto
y es cierto que el silencio es un lenguaje infinito
que tiene todas las palabras
como la tierra tiene todos los caminos
aunque nadie los haga rastros o los abra.
Por eso el silencio
se desangra
por la herida que tengo de savia en la garganta,
el silencio que nunca se vacía
porque siempre queda algo de voz guardada.
Ahora pienso
que también
mañana es un largo todavía
que te queda vacío por delante
como un camino de historia hueca
Donde has de ser
o que será cuando te pases.
Yo me paso
como me pasas tú
como te paso yo
Porque todo es un poco los costados
y el tiempo te traspone como un río
con las naves de la gente poblándote los días
Nosotros que nos pasaremos
que ahora sólo nos hacemos verso
es una casa de tiempo que seremos
aunque ahora seamos sin tenernos.
Así digo
te cavaré un perro azul
te empezaré la tierra por un huerto
y en un vaso de dolor y cal al cuello
la luna de pan
será verdad por dentro
Tú,
mi costado se llama como todos
le falta nombrarte hacer el rostro
como poner la cruz
a un muerto
Esto que te dejo
para emprenderme sobre tus comarcas
sin oficio
o vencer,
mejor vencer los diarios ritos
con la fe
la fe de verdad donde Dios por fin es cierto
esto que me empieza
y te abre la sangre, alguna sangre
es la campana que quería regalarte
porque tú la llenas
y la vives
Aquí soy,
esto soy
ésta es la senda azul abierta de mis venas
que te lava la soledad que me nombraba
aunque tengas al costado quien te habite
cada hombre es una soledad que llevas
yo soy el último silencio que destapas
Ahora reza
por haber cantado conmigo
por haberte puesto mi garganta en tu garganta
Donde fuimos un poco, amiga, amigos.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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