-
Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"Cerrar notificación
!!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!
"Diario de un ingenuo", escrito por Robeerto
Publicado por Céu de Buarque en el blog La Brava. Vistas: 523
Cruz del Eje, Córdoba, Argentina, a los 438 días, 12 horas de tu ida.
Querida,
Lo sé, tú continuas a leerme, –aun si no has contestado a ninguna de mis cartas¬–, pues cuando estábamos juntos te divertía hacerlo y era una delicia verte reír casi hasta las lágrimas. Nunca pudiste imaginar cuanto me hacías feliz; ver reír a la mujer que se ama cancelaba cualquier sinsabor del día y era un honor ser tu payaso particular. Tú eras el día que reía. Que no me leas no he llegado jamás a considerarlo, sé que puede existir esa posibilidad pero hago un esfuerzo y la ignoro, si considerase tan solo mínimamente que no lo hicieras no escribiría más, ni aun para mí. Por lo tanto, continuaré a detallarte mi derrotero y a contarte las peripecias que me han sucedido desde cuando me abandonaste, decisión que no fue fácil aceptar pero a medida que pasaba el tiempo te fui dando toda la razón; un vendedor de libros y poeta a tiempo perdido no es una seguridad material para ninguna mujer y menos para vos, a quien seguiré amando y deseándole todo lo mejor, ¡pero cuánto me costó aceptar que me hubieses dejado por ese vendedor de zapatos!. No sabes cuántos libros leí para encontrar en ellos una razón, una consolación; ¡pero era todo tan simple!, hacer zapatos es mucho más noble y útil que escribir poesías, nobleza y utilidad es tan viejo como el hombre. Creo que nuestro primer antepasado dándose cuenta de su desnudez tuvo, sí, vergüenza pero también se percató que estaba descalzo y lo primero que hizo no fue cubrirse las pudendas, sino mas bien calzarse, los zapatos son una seguridad contra las piedras y espinas del mundo, la gente está condenada a caminar, necesita caminar, el caminar zarandea y hace olvidar eso que llamamos existir, después hubo tiempo para cubrirse...Espero que te rías, me harías feliz... Bueno te diré que llegué a este pueblito mediterráneo y buscando alojamiento he encontrado esta comunidad donde no hay personas normales. ¡Son todos poetas! ¡y estoy a mis anchas! Parece que se verifica ese proverbio que dice “Dios nos crea y el viento nos amontona” y para mi alegría he visto que unos centroamericanos, (que dicho sea de paso, y no debiera, les importa poco el decoro, pues es un ir y venir de mujeres todo el día), tienen como mascota ¡una iguana! Parece que te dejan entrar con animales. Si lo hubiera sabido me traía el gato.
Hablando de otra cosa te diré que las ventas de mi libro “La poesía y la alegría” no van muy bien que digamos, vendo poco, y para colmo de males he recibido una notificación de un abogado donde se me cita para testimoniar en el caso de un suicida que había comprado mi libro, parece una broma de mal gusto pero es así, lo recuerdo bien a ese comprador. Tenía una hermosa casa y me recibió mientras almorzaba solo, en una mesa gigantesca con un mayordomo enhiesto y siniestro que no hacia otra cosa que lustrar la vajilla de plata, los candelabros y despolvorear los cuadros en su mayoría con motivos religiosos. Me atendió con tanta amabilidad y estaba dispuesto a comprarme todos los ejemplares; –se los compro todos, hoy me siento inmensamente feliz–, me dijo (digamos que tenía una felicidad extraña). Yo no quise aprovechar. Le vendí uno solo y si aun no lo necesitaba le hice un descuento. Andá a entender a la gente, piensan que yéndose unilateralmente no causan dolores de cabeza y del alma. Este hecho traumático me ha inducido a cambiar de tema, abandonaré la felicidad y me abocaré a un ramo que veo que tiene tanta salida: la poesía erótica. Aunque me avergüenza confesarlo, tú lo sabes bien, que no tuve experiencias sexuales, ni antes de conocerte, porque éramos pibes, ni durante -–sos testigo–- ni después, y digo la pura verdad. Seguramente que puedo imaginarme todo lo relativo al sexo, pero no sé dónde comenzaría el eros y donde la perversidad. Podría comprarme un Dvd pero me falta coraje y amigos íntimos que lo comprasen para mí. Ya casi no tengo amigos, solo el cura del barrio, ¿te acordás? Pero no creo que él se preste a ingresar en un negocio y comprarlo por mí. Me tendré que armar de valentía y entrar, tarde o temprano.
Bueno, voy a encender mi portátil y antes de irme a dormir veré los horrores y bellezas del mundo cómodamente sentado. Veo, por los relámpagos, que está por llover. Se recortan las sierras cordobesas de repente y luego se sume todo en una horrenda oscuridad. Espero que la luz no se corte. Me siento lleno de polvo por el viaje, ¿o por el tiempo? Me ducharé y luego me iré a la cama pensando en vos.
Un beso.
Necesitas tener sesión iniciada para dejar un comentario