César Guevar 8 de Septiembre de 2015
La desesperanza duele mucho, sobre todo cuando está acompañada del deseo de seguir teniendo esperanza en algo, en alguien. Dicen que "la esperanza es lo último que se pierde". No sé... a mí se me ha perdido tantas veces. No sé.

Tal vez, en cambio, uno a veces deba asfixiar esperanzas en cuestiones que no deben ser. Y otras veces echar leña a esperanzas así luzcan remotas, utópicas, fantásticas. Soñar y sonreirle al sueño pese a que todo indique que no será, que de sueño no pasará la cosa.

¿Esperanzas para que haya serenidad?

A veces la llamada no es la que esperamos, pero es. Existe en nuestra mano unida al corazón de otra circunstancia, otra esperanza remota, otra persona que espera y llama sin recibir respuesta. La vida es de todo, menos simple.

Un verso, mi niña, hasta el más trágico, es siempre un hilo de esperanza.

Te quiero.