Tú, mi luz...

Eres un suave murmullo que acaricia mi cara,​

luz que alumbra la oscuridad de mis sueños,​

una brisa fresca que me mece por la mañana,​

me despierta, entonces veo el azul del cielo,​

imagino que detrás de su luz están tus miradas,​

esas que salen deslumbrantes de tus ojos bellos,​

serenas miradas que esculpen sus huellas en mi alma​

y dejan en mis pupilas el rastro de su destello,​

un camino de luz que anuncia el alba,​

la ruta por la que se perdieron mis besos… ​

Eres esa imagen dulce que su misterio guarda,​

esos ojos grandes que en mí se metieron,​

sólo me basta con contemplar tu cara​

para que se avive la llama de mis deseos,​

es tu especial belleza, mi hermosa dama,​

la que se mete por los poros de mi cuerpo,​

la que mantiene mi alma enamorada​

y controla todos mis pensamientos.​

¡Ay, mi luz!, cuando te echo una mirada,​

yo ya no soy libre, soy tu prisionero…​

Dedicado a una poetisa que aprecio mucho,
mi querida amiga Esme.​