Sedienta

Hoy amaneció la ciudad desierta.
Con cuerpos estúpidos,
con almas de máquinas.
Desierta.


Mirando las olas vi que están desiertas.
Hay conchas inmóviles,
hay corales rígidos.
Desiertos.


Caminé por las calles mudas,desiertas.
Autómatas frágiles,
multitudes sórdidas.
Desiertas.


Busco tu manantial pero está desierto.
Sin sus aguas dóciles,
sin sus caños cálidos.
Desierto.


No hay donde beber en este desierto.
Te esperaré sedienta.
Mi alma está desierta.
Desierta, desierta, desierta...

 

Cuando la tristeza embarga el corazón Berta, todo se convierte en un enorme vacío, se busca como saciar esa sed de amor, de cariño, sin embargo la gran tristeza del alma no deja encontrar esa agua, que aunque solo fuese un sorbo serviría para volver a revivir, y muchas veces, más de las que uno quisiera solo las salobres lágrimas del alma son las que perduran, así he sentido su poema, con tristeza arraigada en el corazón
José Raúl
Saludos cordiales para usted Berta

 

Muchas gracias por tu comentario, me hace sentir que supe expresar lo que quería, aprecio tu atencion, Gracias de nuevo

 

Tristeza que crea desiertos en el alma...cuando todo se recupera encontramos mares de esperanza...besos.María.​

 

Si, se dice que el tiempo cura todo... hasta la mayor sequia. Gracias por compartir este poema.

 

Hay una tristeza profunda en tus palabras, hermoso poema, besos.Pato.

 

Sabes plasmar muy bien la soledad y la inquietud
que genera no encontrar cosas nuevas en aquellos
días en donde parece que la magia de la vida se hubiera
esfumado, buen poema, un placer leerte.

 

Muchas gracias por tus palabras y tus imagenes. Un abrazo.