"Cartas de amor robadas al tiempo"

Amor mío, aquí vengo a recordaros, lejos de los hombres y las mujeres del mundo, contemplando este mar que es tuyo y es mío, imagen de vuestro recuerdo, el único capaz de arrancar de mi pecho del sentiros tan lejos la agonía, mientras las crestas de esas olas, cual rumor es mi descanso, traen a mi el reflejo de vuestros cabellos ondulados, reflejo plateado de luna que se deja mecer por este mar, que es vuestro y es mío, y su melodía, insinuante, el delicado perfil de vuestra voz, Dios mío…vuestra voz no es una voz sino canto suave de rama que entre sus hojas deja pasar la brisa, y cada palabra, provoca a mi alrededor el mayor de los silencios, el que jamás nadie escucho, aquel que solo les es permitido escuchar a quienes alcanzan la paz.
Aquí sentado, frente este mar que es nuestro, como nuestro sentir, como cuando descansáis vuestros ojos en los míos, como cuando nuestras manos cobran vida propia para hablar su
lenguaje, un lenguaje sin palabras, porque nuestro amor no entiende de idioma mas que el de las caricias que se rompen por dar, cuerpos que tiemblan al contacto de la piel, almas desnudas en sentimientos que juntas se dejan sorprender el silencioso lenguaje del amor.
¡Como os amo!
Os amo con mis pulmones en cada golpe de aire que respiro, os amo con mis manos, en cada cosa que toco, os amo en cada gesto de mi rostro, tanto incluso, que a veces creo que no son estos que suenan los latidos de mi corazón, sino el vuestro.
Una fina capa re rocío cubre mi cuerpo, humedeciendo mis ropas, mi rostro, mis labios, sienten la humedad de los vuestros al besarnos, o como cuando juguetona, pasáis vuestra lengua por mi espalda, la humedad de nuestros cuerpos antes del descanso, la que se va evaporando poco a poco por el calor de mis besos sobre vuestra piel, esa humedad del antes del mas sincero, os amo, esa humedad que nubla mi vista y haceros veros me hace, caminando hacia mi por esta arena, velos al aire desplegados son vuestro cuerpo, y vuestros ojos, faros que se ven en la lejanía, mi alma alumbrando.
Esparzo mis letras por este pliego, sintiendo a cada una de ellas el latido de vuestro corazón al leerlas, porque ahora, sois parte de mi.

 

Es una carta que vuela en la eternidad y llega a este mundo incredulo y cinico, a las cinco de la tarde de fin de un Marzo. La pisan miles de pies en la hora pico. Pero tu misiva vuela y sigue cruzando mares. Hay quien la encuentra en un libro antiguo, en un compartimiento secreto, y ve su magia, trae consigo todo el corazon, no ha desperdiciado ni una gota de su sangre para escribirla. Wowoooooo!