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Déjame

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por ELECTRA, 2 de Julio de 2007. Respuestas: 6 | Visitas: 956

  1. ELECTRA

    ELECTRA Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    31 de Enero de 2006
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    Género:
    Mujer
    Déjame acariciarte hijo mío
    mientras que lavo tu cara,
    hace tan poco eras niño
    y yo no estaba tan gastada.
    La vida se gasta pronto,
    como en las manos el agua,
    como la mar en la orilla
    y la azada en la labranza.
    ¡Ay pero cómo pesa!
    ¡Cómo duele y como cansa!
    cuando la penuria abunda
    y el pan sólo es la esperanza,
    se llevan los días a cuesta
    y la dignidad se arrastra,
    como los pies que a pie andan
    y que de andar no descansan.

    Déjame acariciarte hijo mío,
    mientras que beso tu cara,
    con estos labios ya desgastados
    como las suelas del alma,
    con estos labios que ya marchitos,
    se confunden con las arrugas
    que me amortajan,
    esas arrugas que son vestigios
    de una mocedad desventurada,
    desvanecida, desvencijada,
    rebañadero de abriles viejos,
    augurios de una muerte cercana.

    ¡Ah, pero qué digo de la muerte
    si de acechar no se cansa,
    tanto así que tal prebenda
    son los surcos de mi cara,
    en un mundo de indolentes
    donde arrecia la crueldad,
    donde se empuñan las armas ´
    para conseguir la paz,
    donde ultrajan la niñez
    magullando sus derechos
    y sin pesar se les lega
    un futuro macilento,
    donde se calman conciencias
    con juguetes de navidad
    y se asegura el cielo
    con una obra de caridad.

    ¡No, nada puedo decir de la muerte!
    Ella no tiene la culpa
    de tanta inhumanidad
    no inventó el hambre,
    la guerra,
    la injusticia o la maldad.
    Fue el hombre,
    el mismo hombre,
    ese que dice humano,
    que enceguecido por el poder
    se ha negado a dar la mano
    a sus hermanos,
    ese hombre lujurioso de codicia,
    de egoísmo y de avaricia
    que ha olvidado que la tierra es su morada
    e impiadoso la destruye
    y la desgaja,
    que ha olvidado lo valiosa
    que es la vida
    y la abusa
    y la maltrata sin medida.

    Déjame acariciarte hijo mío
    y bañarte con el zumo de mis lágrimas,
    es un lloro que no brota de mis ojos,
    pero sí de mis entrañas,
    esas que te parieron un día
    cuando se acercaba el alba;
    déjame lavar tu rostro
    a ver si el duelo me pasa
    ya que no me pasó antes,
    cuando te fuiste de casa,
    sin que mis fuerzas pudieran
    impedir que te marcharas
    porque es un deber del pobre
    ir a servir a la patria,
    aunque esta esté corrompida
    y de sangre esté manchada.

    Déjame cubrirte todo
    con la sal que tanto enjuaga mi cara,
    a ver si así devuelvo la vida
    que sin piedad te robaron hoy las balas,
    esas que me han dejado sin hijo,
    esas que me han dejado sin nada,
    esas que me han dejado sin risa,
    sin corazón y sin alma.

    Déjame y no me lo niegues
    con tu expresión fría e impávida,
    que quiero morir contigo
    y llorar,
    hasta que se enjuguen las lágrimas,
    las palabras no consuelan el sufrir
    que así me embarga,
    que me atraviesa los huesos
    y se cuela como el agua,
    sin que tenga voluntad
    de levantar la mirada,
    sin que pueda hacer algo distinto
    a gritar mi desesperanza.

    ¡Déjame!
    ¡Déjame!
    ¡Déjame!

    Déjame cubrirte de caricias,
    de suspiros y de lágrimas,
    déjame atraparte con mi vida,
    con mi cuerpo y con mi alma,
    antes que te vayas para siempre,
    sin entender por qué
    tuviste que pagar la cuota más alta,
    en una guerra que nunca pediste,
    en una tierra indolente e ingrata,
    acostumbrada a enterrar sus muertos
    sin clamar justicia ni condenar la falta,
    acostumbrada a olvidar secuestros
    y seguir la fiesta,
    como si nada pasara,
    acostumbrada a ver las masacres
    como si fueran las noticias de farándula
    y a olvidar las lecciones de historia,
    eligiendo una y otra vez la misma plaga.

    ¡Si, déjame!
    Déjame que te cubra de mi lloro,
    déjame verterte con el ánfora de mi dolor,
    ya que no pude morir contigo,
    deja que pueda al menos
    sepultarte con mi amor.​
     
    #1
  2. gabein des leise

    gabein des leise Poeta asiduo al portal

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    muy sentido, muy real.....
    simplemente aquí todo debe convertirse en olvido....
     
    #2
  3. ELECTRA

    ELECTRA Poeta fiel al portal

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    Gracias por dejar tu huella. Me alegro que lo hayas sentido, ese es el propósito, lograr que las palabras lleguen a ver si así no lo convertimos todo en olvido. Abrazos de chocolate.
     
    #3
  4. ELECTRA

    ELECTRA Poeta fiel al portal

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    Tus palabras me alientan mucho, porque siento conseguir mi propósito con este poema, despertar conciencias. Gracias por dejar tu huella. Abrazos de chocolate.:::hug:::
     
    #4
  5. Nerida Lobo

    Nerida Lobo Poeta recién llegado

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    Derroche de sentimientos. Lindo y triste tu poema.

    Saludos
     
    #5
  6. CIBELES

    CIBELES Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gran poema. Triste real, lleno de sentimientos a flor de piel. Una maravilla.
    Estrellas y besos
     
    #6
  7. ELECTRA

    ELECTRA Poeta fiel al portal

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    Los poetas tenemos el deber de clamar, con maestría o sin ella, el dolor que embarga nuestra patria.

    Gracias por dejar sus huella.
     
    #7

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