¡Qué pena de advenir y carrusel!

Imagino a los muertos
como langostinos que saltan de la red,
peces por insaciable apetito transformados
y que oscurecidos, en su día final,
se fijan tiesamente al regodeo
de la tristeza mía, se pegan a las horas
que sucumben contigo, Sepultura.

La feroz madrugada vibra
el ciego holocausto de la aproximación.

2.

Me voy cuando ya tú me sueltas,
te dejo, pero me has sustentado en agonía
(y, si me has mutilado, qué ojos lo dirán, no sé).

Estuve al habla con una pena inmunda
y nueva que ajota hambre de ser
y prisa de aguacero, repentino e intenso,
y muina de barro y godeo de celo y mujer.

3.

¡Ay, qué empleo dio la pena y la tronga,
ardiente, lujuriante, caprichosa!
¡Qué arrastre sobre vientres de sepultura
los de estos vientos que devoran mal soñar,
y maderos viejos, leños de mal arder
y mal dolor del trinqueval...

Con dos ruedas del carrro negro,
deslizado y sepulto al fin,
allí en la ribera de uverillos que florecen
en abril, van y luego se secan,
ajenos al río y la mar!

¡Qué pena de advenir y carrusel,
la vida como noria y giros de Samsara!

26-4-1989

http://clopezdzur.blogspot.com/2008_02_01_archive.html

 

A ti gran poeta Carlos que te puedo decir esto es una maravilla realmente me ha encantado todo ese mar de vocabulario maravilloso que logras eset carrusel melancolico te ha quedado fantastico gran placer leerte saludos.

 

Gracias, Francisco Iván, por tu nueva lectura y visita,

carlos

 

Maravilloso poema, me encanta tu modo, felicidades!

 

Gracias, Myriam. Bienvenida.
carlos

 

El título es ya un poema. Podría ser, perfectamente, un Haiku. Pero luego adViene la sabiduría, la riqueza de giros como dialéctica de calesita... y ese toque enigmático y enriquecedor con el que nos enfrenta tu vocabulario.


Me quedé, empero, sin poder descubrir la significación de "muina" y "trinqueval". Pero sé que, gracias a tu paciencia y generosidad, no pasaré demasiado tiempo sin saberlo.


Felicitaciones, Carlos. Y una lluvia de estrellas para este carrusel del devenir.

 

Gracias por tus palabras, Ciela. Eres generosa y gentil cuando me lees.

El misterio de esas dos palabras: «Muina», muy utilizada por la gente del campo mexicano para decir «tristeza». Esa palabra se me pegó de gente que la usa mucho en ese sentido. La gente urbana mexicana da otras dos acepciones de la palabra «muina»: enojo y disgusto. Mas a final coinciden en que lo que te enoja o entristece te pone «muino». Estoy enamorado de la esa palabra y la he convertido en una excusa de mi mood cuando me siento triste: «¿Qué tienes, Carlos, que te veo raro? o muy silencioso». Contesto: «La muina».

La otra palabra... TRINQUEVAL...

Cuando trataba a mis abuelitos, judíos gallegos a quienes conocí, hoy fallecidos, me hablaban de los trinquevales en sus fincas. Carretones para cargar, en su caso, leña pesada, árboles de gran tronco.

Los trinquevales son carretas de dos ruedas, no de 4, que se amarran a un carro mayor, o tal vez a una yunta de bueyes. En estos CARRETONES, las cargas suelen ser muy pesadas y bien comprimidas. Pienso que la palabra es galaico-portuguesa, no castellana. Evoco con el trinqueval el Carro de la Muerte que se llevan nuestras pesadas «MUINAS / SUFRIMIENTOS».

Para mí, los trinquevales son como los «dolly» de los modernos furgones, o camiones de remolque, sólo que antes sus dos ruedas dependian del tirado de bueyes y por caballos. Usé la palabra por evocar la nostalgia.

saludos,
carlos

 

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Gracias, Carlos, por sacarme de la ignorancia con tanta premura y precisión.

¡¡¡Abuelitos gallegos y judíos!!! Estarían por celebrar la Pascua en estos días. Pero tus Pascuas, presumo, serían dobles.

Muina es una palabra bella, poética... gracias por aproximármela. Tiene en su interioridad resonancias de la melancolía.

He evocado perfectamente al trinqueval... y también me sumergió en paisajes de nostalgia. Lo asocié con el vocablo "Sulky".

Un gran abrazo y te vuelvo a agradecer y a felicitar por tu obra.


GraCiela.

 

Saludos, GraCiela. Gracias por leer.
un abrazo, carlos