Esas cosas de las que siempre hablo y nunca entiendo

Llevo muchos años aquí.
Atrapado en los días,
enredado con mis espinas
en las redes de esta cotidianidad maldita.
Rehén de esta vida
que a veces sabe a gloria
y a ratos a mierda.

Tengo miedo de lo que ignoro
pero no lo he confesado;
con lo poco que sé me muestro valiente.
Es justo y necesario,
para que las alimañas lo piensen dos veces
antes de considerarme un potencial alimento.

Llevo casi toda una vida sentado aquí.
Tengo un lápiz en la mano
y un cuaderno en la mesa
y un vacío en alguna parte de mi alma llena de pretensiones
y la intención de un poema de amor
que
no sé
por donde
empezar
y que tal vez nunca escriba
porque por ahora no quiero saber nada de esas cosas
de las que
siempre hablo
y
nunca entiendo.

 

Me preguntaba por qué este gran trabajo poético estaba en Poemas de Amor. Hasta el quinto verso de la última estrofa. Entonces supe que estaba perfectamente ubicado. Interrogarse sobre el Amor -de modo tan inocente y profundo, de manera tan honesta y sin mascaradas- lo hace precisamente "Un Gran Poema de Amor".

Y bueno, a hablar menos entonces. Y a sentirlo, que a la maravillosa complejidad del Amor... no hay sabio quien la entienda. Ja ja ja.


Estrellas y un abrazo desde Buenos Aires.

 

Me encanta la forma como te inspiras en tu existir...siempre esperamos...no se que esperamos, pero el pensamiento vuela por una estela de sentimientos encontrados, ¿donde? en algun lugar, en algun momento.Me encanto tu inspiracion...mis etrellas y mi saludos.

 

Hermosos versos amigo, tampoco entiendo al amor, pero me encanta hacer uso de el, siento que con el las cosas siempre salen mejor...

Todo un placer visitarte..
Besitos y cariños para ti...

 

¡¡¡Cielos!!!, este poema me lanzó contra la pared, en algun momento sentí reflejarme en mis cuestinamientos y vos allí expresando tanto de lo que yo misma a veces siento y pienso...¿Qué me queda?, expresarte en el abrazo la gratitud por hoy encontrar un espejo y hallar un trabajo poético maravilloso, bien extructurado en esa búsqueda que nos muele a palos y a la cual le seguimos dando el justo valor, en la medida que seguimos indagándonos.