Bodas De Oro

BODAS DE ORO

Si un tango rezaba "que veinte años no es nada",
lo vuestro es más que dos nadas y diez de propina.
Festejemos porque nos sobran los motivos y porque
nos han enseñado a ponerle al mal tiempo buena cara.
Celebremos con todas las victorias y las derrotas,
con todas las presencias y las ausencias inmerecidas.
Pongamos en la mesa el corazón, el cuerpo y el alma,
y la silla que está vacía no es en memoria del ausente,
sino para el dios que les dio cincuenta años de nueva vida.
Esta vez festejamos todos, porque es nuestra la alegría
de ser fruto de vuestro amor, de ser a veces sus fantasías,
de ser vuestro orgullo en esas pequeñas cosas,
que para nosotros son comunes y para ustedes maravillas.
Queremos brindar por los años que pasaron con clemencia,
por las canas que embellecen y les dan fuerzas
para mirar atrás, para contener las lágrimas,
para quedarse solos cada noche y sentir que lo tienen todo,
para mirarse sin verse, para saberse cerca y prójimos,
para estar uno en cada extremo de la casa,
y saber a ciencia cierta lo que está haciendo el otro.
Queremos festejar porque somos carne de su carne,
carne que duele, carne que crece, carne que aprendió a vivir.
Carne agradecida de las caricias de nuestra madre,
carne orgullosa de la honestidad y dulzura de nuestro padre.
Festejamos porque somos el sueño que soñaron a medias,
porque la otra mitad la soñamos de a poco nosotros.
Porque supimos del amor de vuestros brazos
cuando otros brazos embusteros nos soltaron,
y aparecieron los suyos, siempre solidarios.
Porque vuestras mejillas soportaron valientes,
los golpes ignorantes de nuestro torpe orgullo.
Cuando éramos dueños de la verdad,
y ustedes, nuestros ciegos.
Cuando la vida nos enseñó, además del fracaso,
que la verdad era siempre relativa,
y que los ojos ciegos eran los nuestros.
Festejemos porque estamos felices de tenerlos,
porque aprendimos a hacer placer de las penas.
Porque basta con juntarnos para tenernos,
porque somos pocos y esa es nuestra guerra.
Celebremos que hay vida en vuestros ojos
para ver los nietos que corren a sus brazos,
para ver los hijos que vuelven siempre a casa,
para mirar atrás y saber que las cosas
las han hecho más que bien.
Festejemos, porque cincuenta años de amor,
no se festejan todos los días,
y porque no todas las noches, son noches de boda...

 

Jorge ¡¡¡¡cuántos padres quisieran escuchar esas beldades de sus hijos!!!! ¡¡¡qué bonito homenaje!!!! Mil felicitaciones a los padres... a los hijos... y al poeta.... Un beso grande para ti.

 

vaya que me has hecho poner mis viejos discos de Sabina, bien, muy bien

 

Gracias amiga. Un saludo para tus padres tambien
Jorge

 

Entonces amigo, que lo puedas festejar con todos tus seres queridos, como lo hicieron mis padres.
Un abrazo

 

Que mejor música de fondo para inspirarse que algún disco de Joaquin.En hora buena amigo
Un abrazo