Manco destino

El desaliento supremo​

en horas del ensueño.
Las manos amputadas del destino
que vienen ya por mí.
El insomnio,
matriz del sufrimiento.
La vida que no cede,
la muerte que se vuelve timorata.

Una luz que se acerca,
es mi destierro a la soledad.
Pero no!
No!
La vida se empeña,
sobrevive,
espasmódica,
perfecta,
asesina.

¡Con qué féroces manos incestas tu puñal!
¡Con qué ganas te has ensañado en mí!

Y el destino,
mediocre,
penoso,
de abstracto concreto,
ansía mi muerte
tanto como su felicidad.
Pero no!
No!
Se empeña,
me sobrevive.

Y es el manco aliento de ese rufían
el que sostiene mis huesos con espinas,
todo mi lumbago ya sin médula,
el que me sostiene en pie,
el que se empeña en sobrevivirme.

 

el insomnio es la madre de todos los sufrimientos ... la mente vaga y se introduce en senderos desconocidos y somos concientes de lo que nos aqueja ... profundas líneas, se nota impotencia, desolación, rabia, un sin fin de sentimientos pero igual te notas firmemente agarrado a la esperanza, sobrevives en un mundo infértil ... bravo, me pusiste a leerlo dos veces y eso me gusta ... un beso

 

Gracias Sarah, no tenías que leerlo dos veces, si a la primera no te arrebató, pues arrugalo y tiralo.
Besos hermosa, nos estamos leyendo.

 

El destino es inexorable; la vida y la muerte no se detienen hasta su momento justo, preciso e inevitable. No tuve que leerlo dos veces; en mi vida también mi destino es inexorable y tercamente empeñado en sobrevivirme. Un abrazo.

 

todo lo que diga va a devaluar el valor del poema que de por si es bueno asi que solo dire que es bueno y ya.

 

Abrazos Cipres, gracias por pasar por mis letras que son mi único destino.
Saludos.

 

Pues no necesita decir algo, amigo, con eso que dijo ya alcanza y es más de lo que uno merece.
Saludos, gracias por pasar.