Donde escuecen las ortigas

DONDE ESCUECEN LAS ORTIGAS
Hilo de palabras-niebla entre las cortinas de tus ojos santos
y salto precipitado al escenario-flor
hasta que hierve la codiciosa ramera fina
atrapada en su guadaña de cristal
luciendo una sonrisa maligna
que indica que estás a un término de la vida
donde ya nada alcanzas
más que un teatro de voces que te maldicen
y brazos que te bajan las escaleras
y guantes que recogen tus huesos
bajo el peso de un pétalo amoratado
que sirve de parasol al verdor
del campo segado en primavera
donde escuecen las ortigas.

El mendigo bebe y sueña que sus años le han sido perdonados.

 

Muy bueno tu versar. Me dejaste sorprendido. Te felicito y te aplaudo.

 

Tal vez todos seamos mendigos y tengamos su mismo sueño, por aquí hay muchas ortigas, sí, pueden parecer bonitas, de hecho la planta en flor lo es, pero...

me gustó mucho esta erupción poética, un beso

 

Un buen poema, José Ángel, aunque escuezan tus versos.
Saludos mediterráneos.