Péndulo propio

No había nada en el recuerdo
y ella lame sus heridas
al borde del abismo

Se veía bien la última vez,
diluída en las voces
sin esperar esas malditas auroras
impuntuales

Por fin, cruzó el umbral
miró a cada rincón
buscando rostros esparcidos
en las murallas

Se dijo: mañana vendrán por mí
mañana; ofreceré mis ojos
a quién sepa mi nombre

Ese antiguo nombre
que sólo se pronuncia de noche
Mi nombre, que del candelabro cuelga
en el centro de la pieza

 

Como un felino, entre soledad y polvo, esperando para encender la chispa en unos ojos grises. Placer enorme leerlo .

Saludos y estrellas.

 

Las figuras a veces no tienen
que ver con lo profundo de estos momentos,
tal vez su apariencia sea necesaria para dejar claro
para donde iba el final de todo.


Suerte que habita estas letras
y lo ha hecho muy bien.

Saludos

 

solo el viento y la locura solitaria mueven las velas.
un placer
ius

 

el polvo y la soledad pesan y a veces queman
saludos

 

Las figuras e imágenes se mezclan con las mil y una máscara que nos susurra cosas al oido. Al final no queda mas que colgarse para saber de quién somos ofrenda.
saludos

 

Agradezco tu paso por aquí. Tiempo hace que no te leía. Es verdad las velas necesitan de la locura para cruzar océanos
saludos