O.v.n.i.

O.V.N.I.​

Era Pedro el de la raja,
con mucha información,
que si pasa que no pasa,
lo que tuvo que pasar pasó. ​

Que pasara o no pasara,
es cuestión de información,
siendo el pico pues tartaja,
es la misma situación. ​

La incertidumbre está servida,
unos ven que el electrón,
se come hambriento la comida,
sentada aleatoria del fotón,
a veces masa esculpida,
otras sólo información. ​

Yo más bien veo,
electrón aprisionado,
por lo que leo,
que de tanto dado,
no sé si es azar o es juego,
y el universo despliego,
en un fotón atolondrado.​

Y el fotón pasó de largo,
iba vestido con traje de luces,
innecesarios los enchufes,
y sin embargo iluminado. ​

La novia iba vestida de blanco,
de rayos gamma y luz ultraviolenta,
un rosario negro dejaba a su paso,
infinitos caminos de la A a la Z. ​

El alfa y omega es algo incierto,
su posición es la medida,
de la incertidumbre perdida,
en el intervalo de sus momentos. ​

Sol, luz y soledad que nos derrumba,
será por su edad y por el tiempo,
que a todos nos deslumbra,
y no existe iluso pensamiento,
que no se haga en penumbra. ​

Quien mira sin miramiento,
le importan dos pimientos,
que sea el sol el que le alumbra. ​

En soledad sin luz ni sol,
no hay pensamiento,
por eso soy, lo que soy,
vengo de donde vengo,
y voy a lo que voy,
y no divago en el intento,
por ser quien soy,
ni me arrepiento,
pues lo que soy,
es lo que soy,
no me lo invento. ​

Hay quien dice que ha visto el sol,
otros sin pensarlo dos veces,
lo ratifican en sus trece,
apoyando la infeliz extorsión. ​

¡Yo también he visto el sol!
por eso ahora llevo gafas,
¡que fue por sus ráfagas!
y no veo tres en burro, sino dos.​

¡Atended galactantes!,
más allá de la frontera,
he visto gigantes,
pequeños no eran,
debían ser habitantes,
seres de otras esferas. ​

¡Qué dices insensato!,
eran objetos difusos,
en forma de plato,
que por su formato,
dibujaban confusos,
amorfos de ojos ilusos,
faz de imaginarios retratos. ​

Yo también he visto,
y no puedo comprobar,
objeto muy distinto,
que vi lo que veo,
los vi en el cielo volar,
así me llamen ateo,
pues lo que vi en el cielo,
está sobre la mar. ​

Eran ovnis sí señor,
volaban como aves,
ya los tenía alrededor,
si aún no lo sabes,
una sonrisa por favor,
en jardines de cristales,
volaba el ruiseñor. ​

No es por contradecir,
aquello que observamos,
su origen no olvidamos,
aunque no sepamos su fin.​

***​

Un saludo

 

Ay, gracias por estos versos y por la sonrisa que me dibujaron en los labios. Me encantaron.
Un fuerte abrazo y todas las estrellas del celeste,

 

Gracias Liz, por leerme y por sonreír, abrázote un abrazo.:::gafas1:::

 

Me pareció excelente, lo mando arriba para que lo lea más gente. Un placer leerte.

 

Deliciosas las Cartas de Amor, y un gran honor al recibir sus palabras... sigo con la lectura de su bella obra... un afectuoso saludo.

 

Genial...
besitos,
Rosario

 

Elial es un gen, que ofreces con besitos,
será igual que muy buen, lo mío tiene delito:::gafas1:::,
gracias Rosario mi bien.