De mí

Dulce sosiego le vendrá a mi cuerpo,
en el monte estando escondido,
lejos de la colonia urbana,
aprisionada de los vicios,
entre desusos trasnochados
-lavada tiene su cerebro-...

Sé que la vida un breve día es:
mas,¿cuándo se me quedará
en la obscuridad,noche fría?
Oh qué desvarío yo tuve.
¿Que este sueño yo lo recuerde?
Unido es el morir al vivir mío.
¿Acaso no soy llevado al suspiro
-mi suspiro último-
de la vida que vivo?
¿Qué ha quedado de mi edad?
A morir aprender yo quiero,
para saber cómo me muero.

Pasó el verano
-las flores se agostaron-;
pasó el otoño
-las hojas se cayeron-;
pasó el invierno
-de nieves cano-;
pasó la primavera
-el corazón saltaba-.

Callado paso por el cemento.
Me basto con un libro;
me basto con un sueño;
me basto con mirar al cielo
desde mi retiro,
viniéndome el aura de los montes.

Ven tú,muerte,a mi puerta,
que el ardor de mi brío
muerto es,
que me retiro y huyo de lo que amé,
que he roto los lazos del "mundanal
rúido,
aspirando ya mismo
a que en mis brazos
el tiempo muera.

 

ese que no lleva acento,pues no es interrogativo y ruido lleva diéresis para deshacer el diptongo y así hay una sílaba más,procuraleer a los poetas clásico como fray Luis de León en su poesía "Vida retirada".Hay que leer mucho para no confundirse ,que eres muy joven,por lo que veo.Saludos

 

Tristes y delicadas líneas.
Un gusto leerte Salvador, te dejo un abrazo.