El carterista

Vio a la dama salir de las tiendas

corrió oculto entre la gente y el ruido.

Al llegar a su lado, a tientas

le quitó el bolso aprovechando un descuido.



Se desapareció como exhalación

Nadie se dio cuenta de la dama

ni de su llanto ni exclamación

al verse desarmada, sin nada.



Carterista de oficio,

artista sin beneficio.

Corres por tu vida,

hacia vana salida.



En otro día, en otra acera

en paraje ralo de ciudad cualquiera,

no vio la trampa que le tendieron:

era policía disfrazado de niñera.



Al verse acorralado giró hacia uno y otro lado,

le marcaron el alto y quiso tirar lo incriminatorio.

Al buscarse en las ropas lo han alcanzado,

por él no vale arriesgarse es mejor pagar velorio.



Niño carterista, niño artista.

En la faena llevaste tu condena.

Tu obituario no aparece en el diario

Es solo diatriba para una sucia cantina.



​

 

Carterista, casi una profesión, se le llama similar en el Perú a esta gracia-oficio, un placer de lectura, hermano.
Saludos desde aquí.

 

Gracias por leerlo y comentarlo, Indio.

Un abrazo desde México.

 

"Niño carterista, niño artista.​

En la faena llevaste tu condena.​

Tu obituario no aparece en el diario​

Es solo diatriba para una sucia cantina."​

En la falta de oportunidades y de educación nacen los males que se llevan las vidas tempranas...gracias Francisco por traernos a esta historia tan común en muchas sociedades de a peso.

Un gran abrazo.

 

Triste mundo, que lleva a toda clase de atropelías
Bella forma en lo que lo espresas,
Un beso
Rosario

 

Gracias a ti Tuti, por leerlo y comentarlo.

Efectivamente, se sigue pensando que los niños en precarias situaciones son "Papel para envolver pescado" (Leon Uris. Éxodo)

Saludos.

 

Un fuerte abrazo para ti Rosario.

Gracias por leerlo y comentarlo.

 

Carteristas... niños, jovenes, mujeres ancianos, los hay... es una enfermedad que se multiplica, arrebar lo ajeno para muchas es una delicia, es nuestra realidad, luchemos para transformarla, muy buen escrito, abrazos...

 

Así es Brom.
En las entrevistas al peor secuestrador, aquel que mutilaba a sus víctimas, (El "mocha orejas") él se creía con el poder justificado para hacerlo. Lo llamó "trabajo".

Si toleramos o pasamos por alto las pequeñas felonías estaremos dando entrada a otras mucho peores.

Saludos.