Una lanza.

Es resina lo que gotea desde
lo alto de mi frente, desde que
talé el árbol que plantamos,
cuando nos prometimos.

No costó hacer la lanza,
me llevó su tiempo afilar el hacha
que por fin,
llevas clavada en tu olvido.

Quitar las hojas,
la corteza, modelarla,
endurecer la punta al fuego
no me costó tiempo.
Pensarlo costó trabajo
y fue duro.

Desde que agarré con las manos
la lanza de mi destino,
escurren virutas
por las mangas de mi camisa.
De un árbol muy fino.

 

Hola Mustaine, gracias por contestar.
Me alegra el día que te haya gustado.
Un fuerte abrazo, hasta pronto.

 

Hola Louisa, gracias por contestarme. Me gusta lo de buen poema, me gusta que te guste y me quedo el halago.
Un fuerte abrazo, hasta pronto.

 

Desas, si ya no hay promesa el árbol debe morir, que mejor forma que convertirlo en lanza, esa que al final coges con tus manos y manejas a tu antojo,todo lo demás resbala, ya no es necesario. Muy bien lo dices : a veces cuesta más pensarlo que hacerlo. Me gusta cómo vas llevando el poema a través de la transformación del árbol, muy ingenioso. Te dejo un montón de estrellas y miles de Besos.

 

Hola, Eralda.
Sabes más de éste poemilla que yo. Cómo me alegra que seas mi fiel lectora. Me hace importante. Muchas gracias por éste comentario tan currao, que no esperaba. Gracias.
Un abrazo.

 

me encantó leerte amigo
un abrazo con mis alas abiertas
:::hug:::​

 

muy bien poeta, singulares imagenes me dejas
me ha encantado, un abrazo fuerte

 

Hoola, Angel Negro. Gracias por tu comentario. A mí también me encanta leerte. No comento mucho ahora porque ando pillao de tiempo...ya llegará el invierno y aburriré.
Me encantan esos ojos que veo en la foto.
Un abrazo.

 

Hola, Francisco.
Gracias por contestar, el abrazo fuerte para ti.
Un saludo.

 

Precioso,original y triste poema. Me has conmovido y ya sabes que en mi te ofrezco consuelo. Siempre contigo. Lluvia...

 

no es fácil olvidar
donde hubo fuego cenizas quedan
la herida se tardará en cerrar
mientras más rápido menos cicatriz queda.

un placer racorrer tus líneas.

un gran saludo.

 

Hola, lluvia de enero, siempre contigo, buff, seguro sabrías consolarme. Preciosa tú, no el poema enrevesao éste, sudando resina.
Me gustaría sudar alegría, pero lo dejaremos para otro día. Un beso grande donde lo elegí yo.
Hasta pronto.

 

Hola, Diego.
Gracias por pasarte por aquí, Creo que tienes toda la razón.
Un fuerte abrazo.