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Oda de Mi Mismo

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por Luis Fernando Tejada, 6 de Octubre de 2009. Respuestas: 7 | Visitas: 5583

  1. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    9 de Agosto de 2008
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    “Me celebro y me canto,
    Y aquello que yo me apropio habrás de apropiarte,
    Porque todos los átomos que me pertenecen también te pertenecen.”
    (Walt Whitman, Canto de Mi Mismo)

    1



    Tengo los hombros cargados
    con una mitad de siglo,
    ¿Cuándo envejece el corazón?
    Sí, terrible frío,
    frío que carcome las rodillas.

    Allí la carne tan fuerte,
    que podría romper
    puertas y ventanas,
    ¿qué viene a continuación?
    ser demasiado perfecto,
    con aire divino.

    En un instante,
    el corazón cabalga y
    el cabello se hace gris,
    estoy por lo tanto
    como la tierra: !Viejo!,
    me corresponde por lo tanto,
    ir desocupando.

    2


    Escribo por la noche con
    una idea que se desarrolla
    de la manera de siempre,
    solitario por las estancias,
    con el conocimiento de la materia
    que da olor y calor a mis poemas,
    sí, vivo, sí alegría que calma mi momento lírico,
    luz, aliento afectuoso,
    ¡noche brillante!,
    sobre la que alumbra la luna llena.

    ¿Sientes una flor y su respirar se convierte en
    irradiación de sonido, el color suave estimula la melancolía,
    levantas los ojos y apagas el dolor en la arena y
    especialmente dejas las lágrimas
    enredadas en una margarita,
    en una roca, en un bosque o en una ola?

    Entonces tienes el alma controlada
    por un corazón que
    detiene su sangre caliente en torno al paisaje,
    si estás en el invierno,
    nieva en las tristezas y se disuelve
    en las rosas que esperan la primavera.

    En las mariposas que permanecen brevemente
    en vuelo abierto al campo, sin constatar la distancia,
    que deben morirse, igual a un olor, a un suspiro,
    sin dejar de ser ellas, sin perder su elegancia.

    Alma dispuesta a rechazar todo lo injusto,
    que se niega a detener normalmente la alegría,
    que purga sin final el dolor
    que en el sueño conspira contra la vida.

    Alma que deja sus hojas y flores dispersas,
    una flor que puede ser una pantalla,
    un bosque y una ola, ciclón preocupado que
    ruge sobre los mares y duerme en una cascada suave.

    Alma que no es obstáculo, que está ahí simplemente,
    sangre caliente en torno a las aguas,
    que sueña con despertarse en la primavera.

    Alma que si debe morirse, de un dolor,
    de un suspiro, no pierde su elegancia,
    que posee normalmente la alegría,
    que yerra sin culpa en el fuego del pensamiento.

    Alma que viaja lejos, viento que levanta la vela fina,
    que se despierta por primera vez en su vida entera,
    alcanzando ese lugar tranquilo donde la brisa
    transita libre por los bosques y peñascos.

    Rayo luminoso de sueños y colores
    y por lo tanto del por qué de la belleza,
    son terribles sus silencios,
    alma de fuego ordinario que
    se niega a ser encerrada en su forma,
    causa de los sueños de la tierra,
    !alma de poeta!

    3



    La desdicha se convierte en una sombra,
    aire que respiro, mi agonía,
    profundo túnel donde se pierde una soledad.


    Soy todavía el que es,
    el que vive con devoción en su mundo tranquilo,
    que es eterno, que es viejo, que es joven
    que es abierto, que es lacrado,
    que siempre es eso.

    Una raíz que desciende en la profundidad
    más negra que su grito,
    que absorbe la luz de una vida verdadera
    y que espera reflejarse en los espejos de un futuro.


    Veo que en la tierra tengo flores, luces, canción,
    simplemente los poetas son así,
    lo cierto es que no es la belleza
    que irradia las luces de la alegría,
    es el pájaro con alas de fuego,
    no es la belleza de unos ojos,
    es el amor ambiguo,
    que considera que se ama la hermosura,
    que fluye a su suerte en las manos de la muerte.

    4

    El pensamiento se lleva adentro,
    nace en medio del corazón,
    es necesario decir las cosas
    que son restauradas por el mar.

    Un aire de colores de la rosa en la llama,
    una llama que pone el fuego en los ojos,
    que es todo y concentra en la etapa
    que pasa sin el dolor,
    para vivir los minutos,
    las horas, para tener días, para crear.

    Para ser inmensurable,
    para solicitar ser el sol y el aire
    desenfrenado de antes de los siglos,
    por los colores y las tonalidades,
    en los relojes, en los olores,
    al lado del juego y el sueño del silencio,
    de la palabra limpia,
    creada por los libros,
    la revolución de la palabra,
    debe estar basada en la revolución de las ideas,
    fulgor de la poesía,
    a alcanzar finalmente las gamas
    para plasmar las palabras muertas.

    5



    Camino lentamente por laberintos profundos,
    con el borde del ojo miro
    el nacimiento del movimiento y el bosquejo
    que he robado al cuerpo.

    Una hoja cae
    inventa nuevos mundos y
    la preocupación sobre la palabra,
    con ello recuerdo que el tiempo es
    conocimiento que se pierde
    en el escurrir debajo del agua cristalina.

    Alrededor de todo, para creer,
    registro otro sueño
    en el miedo que es mi carne,
    la muerte de cada noche,
    sueño que me llama.

    Para dar vuelta a un rumor
    y un símbolo para ver,
    pinto precipitadamente su faz,
    periódico de la vida,
    cerrando la puerta indiferente a todo.

    Grito como desplazando los relojes del miedo,
    hiero el tiempo perdido,
    me lanzo para rectificar
    la verdad repentinamente en el viento,
    cara interior de un espejo
    descubriendo la propia cara.

    Vivo en la era de los sentidos,
    el cuerpo como la memoria
    en la trastienda, pero por esta razón,
    la fuerza aplicable está en la cabeza.

    6

    Mi paso terrestre,
    oscilación de mi cuerpo,
    un altar adornado
    mientras los ojos dejan su aire lacustre
    y la ligereza de una lágrima.

    Sobre mis heridas descubro un desventurado color negro,
    que clava sus ganchos afilados en el corazón.
    Sé que no escupiré sobre
    la imagen blanqueada de mi muerte,
    ni en las cenizas frescas de este galopar
    al borde del abismo que es mi vida,
    ¡oh, la vida!, ave perdida entre la bruma.

    La decisión mortal es mi destino,
    doblaré las alas junto a mi cuerpo
    como pájaro que sufre observando en la sangre
    el camino que debe navegarse.

    7

    Al final de los callejones sin salida,
    cavernas en las cuales se pierde el perfil en el espejo,
    luminosidad de un destino enmudecido,
    nervios, sangre y carne, puñado de polvo,
    un día debo hacer una pausa, pues
    mañana seré huesos de dama vieja.

    La última esperanza que conservo,
    como los dolores,
    mi vida a las puertas del tiempo,
    mi desnudez son los espejos,
    mis músculos, los dientes y mi barba
    dan la vuelta para manchar la alfombra.

    8

    La noche para creer hacer la vida,
    suprimiendo el espíritu del temor infantil,
    día de la duda en el sitio marchito,
    donde no tendré nunca pensamientos,
    cierro los párpados
    sobre la alfombra de la civilización,
    como un augurio que se volvió furioso
    como un tiro entre las cejas.

    En las manos, los traumas,
    aquél no es un lugar para nadie,
    es una cáscara sangrienta
    y estoy cansado.

    Deben ayudar a conocerme, es mi vida,
    y desde la distancia así mismo,
    la infancia alejada de los viejos días de los años felices,
    tiempo en los cuales el olor de la miel era el bálsamo.

    9




    Laberinto de un bosque impenetrable,
    pronto iré de la floresta
    al concreto de las ciudades hostiles,
    donde mi nombre parece otro nombre,
    mi cara otra cara.

    Mientras tanto los ríos dibujan en la distancia,
    en su profundo lecho, en la arena,
    en el agua que guardará más tarde,
    inscripciones exactas.

    La vida es música, esperada siempre por mí,
    el regalo, que doy en extremo, un color de rosa,
    lujo en el bosque, las raíces verdes de mi tierra,
    y cualquier cosa, más un esquema.



    10

    Por lo que me arrastro,
    tanto la vida, tanto la alegría,
    el aislamiento y los gritos,
    una historia larga complicada,
    que se convierte en un regalo.
    Al mediodía estalla el sol de verano,
    levanto los ojos hacia las dunas y
    prometo no realizar arreglos en la arena,
    la voz demasiado lejos, solamente la respiración,
    humedad del cuerpo,
    que cuando llega el sueño
    y los recuerdos, se evapora.

    Quijote de la luna, sin el viento y los molinos,
    con frecuencia lejos de mí mismo,
    constituyo con mis acciones
    la dirección errada, para no ir hacia el
    horizonte del destino.

    Ciertos días tienen dejos tristes,
    es como si en ellos la vida hiciera una pausa,
    pantallas oscuras, pensamiento vano,
    las flores modestas se marchitan rápido.

    En la distancia perdida,
    el cuadro de una época que no existe,
    una ilustración, una eternidad que disturba,
    un silbido que se convierte en palabra,
    testimonio de mundos internos,
    testigos de la intensidad de la luz
    y la miseria de mi pequeña vida.

    Ansioso, lejano,
    la piel presta al mundo mi carne,
    que no le alcanza para articular la voz,
    para decirle que soy interno, débil,
    y la respuesta, oscuridad inaudible,
    ¡demasiado!.

    Yo, allí,
    la voz inalcanzable, eternamente,
    al borde de estallar por dentro en palabras,
    para reconocer que la noche durmió
    en fuegos de una vida vana, diversa.

    Noche sin fin, estancia vacía,
    el tiempo que pasa,
    que ruge a lo lejos,
    lamentos de una lluvia de recuerdos en el ático.


    Nueva vida de las cosas al amanecer,
    vuelta a la llave,
    árbol inclinado, se derrumba,
    sueños no soñados, universo en su abismo.

    11



    12

    El despertar está en mis manos,
    sabores imposibles y de colores,
    el día, cruzando al amanecer,
    las nubes coloreadas, embriagando los sueños,
    y el suspiro ahora,
    propone la belleza,
    que es canción de la mañana
    para combinar con las palabras,
    para mantener con las cenizas.

    Para ir en torno a todas las formas,
    para estimular el milagro,
    para exponer alrededor del relámpago
    para poner en el fuego y
    encontrar los sueños para almacenar,
    para tener el gusto del viento,
    para recordar los viajes hacia el tiempo
    a la manera de un impacto.

    Estoy aquí para la verdad del discurso,
    soy material, debo pesar mis palabras por dentro,
    una imagen que canta con los colores de rosa,
    me escruto, me sacudo, con la paz de los latigazos
    para seguir siendo más, alrededor de las palabras,
    alrededor de la vida, alrededor de la eternidad.

    La vida aparece como sueños de mi niñez,
    pronto me despierto para verla encantar,
    pero no la encuentro,
    la busco en mí mismo.



    13
    La rueda del tiempo no se detiene
    los caminos no son los mismos,
    es un mundo de sueños y mañanas.

    Son ilusiones que se alejan,
    se van sin dejar huella,
    sólo el vacío del pasado sobrevive
    en una tierra de incendios y humaredas,
    en un país donde todo es a golpes de silencio.

    Mis ojos escrutan la oscuridad
    buscando una razón para mi miedo,
    me encuentran en el sueño sin retorno
    y alargan la noche más allá,
    buscando el sol en una fábula opaca,
    donde las sombras no serán más que sombras,
    en el centro del alma,
    y yo, la espina de un grito
    en un espacio al que un día le llegará su fin
    y no volverá del país de la nostalgia.


    Es inútil manotear el reflejo
    en las aguas del cristalino espejo,
    imagen irónica de mí ayer,
    recuerdo abrupto de mi existencia incierta,
    pues siempre regresará con su rumor de silencio.

    No abro más camino por entre los árboles,
    ni enciendo de nuevo la lámpara mojada,
    cierro los oídos a los cantos del ayer,
    al ruido del carruaje y los caballos
    sobre el sendero de piedras y de espinos.

    El agua permanece sin cauce,
    el viento ruge afuera,
    quiero que siga existiendo la noche,
    la brisa golpea los cristales cubiertos de ceniza,
    el aire del llano empuja los árboles,
    sacudiendo el miedo en la playa
    de la almeja sin cubierta.

    14
    Hablo por hablar,
    ondulación del fuego,
    hablo del diario que llega,
    de la tierra que mi cuerpo saluda,
    hablo de ser pacífico,
    del tiempo que nunca se recupera,
    de sonreír…

    Observo alrededor:
    ¡todo se ve!
    Querría conocer el nombre de los
    que hablaban conmigo en el sueño:
    Con ellos construiría un puente,
    un puente entre lo soñado
    y las dunas móviles de las palabras.

    Hablo con boca de color,
    de los acontecimientos mágicos,
    de historias de dioses y hombres,
    de lo que significa el
    hablar del mundo que el obrero forja,
    del campesino quien combate solo,
    del poeta.

    Hablo y hablo, así muchos días,
    hablo y hablo de mí y no sé qué,
    hablo sin descanso.

    15



    La avenida indiferente y sus ruidos,
    mi presencia rara entre las aceras desnudas.
    Este desplazarse sobre mí,
    detenidos los días al exterior del tiempo.
    ¡Arrástrenme, lo quieren las turbas,
    del sector urbano!,
    casi prolongación de mi existencia,
    de mi calor de antes,
    quien no arregle sus mañanas en estas calles que tenga cuidado,
    ignoto el paisaje, muy necesario a los ojos de todos.

    Pero ellos no existen, se ocupan en los almacenes,
    el pájaro de la longevidad vuela por las gargantas oscuras,
    se da la vuelta buscando en vano su descanso
    entre las calles, entre todas las calles,
    y la ilusión es una hoja que cae
    a la cual el viento agitó y el sol doró,
    basurero enorme,
    o quizá querría tomar un autobús,
    o un coche que utiliza las luces solares, ida y vuelta,
    el paisaje es probablemente bonito.

    Allá, hacia abajo, todo se aplasta:
    los sectores de la calentura,
    las vías secundarias detrás de la catedral,
    las memorias después de accidentes olvidados,
    han huido hacia abajo,
    a la orilla del mar y a la cumbre de la tierra, invadiendo
    todo, cual langostas.

    16


    Luz que encontró una nueva vida,
    un papel en el que la vieja historia escribe
    la misma cosa para poder volver a olvidar
    lo que se expone y se apaga.

    Devoro sí, el fuego es mi hambre,
    una llama que equilibra
    la propensión a sumergirme en mí mismo,
    un magma que bloquea las imágenes.

    El juego, la vuelta, las muertes,
    el antes y el después, el café,
    el tiempo que utiliza la prioridad de disminuir cada vez,
    los hermanos, la escuela, la simiente,
    el ruido de la música en las venas.


    Historias que al mezclarse,
    nombran y flamean en un bosque bajo el que
    soy un rayo que expone y envuelve la noche
    levantada por mí como un volcán de sueño.

    Ilustraciones, libros, lápices y papeles,
    las flores, un recuerdo, el nombre perdido,
    las señales de la vida y la muerte.
    Juego como cometa al viento,
    porque toda la tierra es mi firmamento,
    a la pasión que expreso puedo jugar,
    aún soy joven y canto,
    creo en la curiosidad del cuerpo.

    Por demasiadas horas flamea el deseo,
    lo abro en la breve opacidad,
    en una luz brillante no se ve,
    parado , desmadejado,
    desaparecido el control,
    elijo la incertidumbre
    más que la indiferencia.

    La protesta cada vez mayor,
    con la angustia de la estrechez
    del lugar para estar en la vida,
    intacto en mi crepúsculo,
    practicando a favor de un rato único.


    Vuelo con la libertad
    del aire del bosque,
    como el pájaro que oscila en la rama
    y que al menor suspiro se asusta.

    17



    Todo es sílabas de colores,

    cosecho en la luna pedregosa,
    sabor de las cosas,
    tierra prometida,
    el deseo de un sueño primordial,
    y en el flujo de los ríos, que es repentino,
    debajo de un cielo pesado,
    digo la verdad de los hombres.

    Empujo la vida lentamente
    por laberintos profundos,
    con el rabillo del ojo miro
    el nacimiento del movimiento y el bosquejo
    que he robado con el cuerpo.

    Una hoja cae,
    invento nuevos mundos y
    la preocupación sobre la palabra,
    con ello, recuerdo que el tiempo es
    conocimiento que nos perdemos
    en el deslizar del agua cristalina.

    Alrededor de todo, para creer,
    registro otro sueño
    en el miedo que es mi carne,
    la muerte de cada noche
    sueño que me llama,
    para dar vuelta a un rumor y
    un símbolo para ver,
    pintandome precipitadamente la cara,
    periódico de la vida,
    cerrando la puerta indiferente a todo.

    Grito como desplazando los relojes del miedo,
    hiero el tiempo perdido,
    me lanzo para rectificar
    la verdad repentinamente en el viento,
    cara interior de un espejo,
    descubriendo mi propia cara.


    Vivo en la era de los sentidos,
    el cuerpo, como la memoria
    en la trastienda, pero por esta razón
    la fuerza aplicable está en la cabeza.

    18




    ¿Quién dio la señal,
    desde cuándo nos despojamos del manto de paz ?
    ¿En qué momento las melodías
    se cambiaron por el redoblar del tambor?


    Millones de habitantes marchan a su alrededor,
    de los cielos brotan siniestros relámpagos
    que enfurecidos incendian los campos,
    al sonar del clarín la juventud se pierde en la montaña,
    en el ocaso de la tarde las gentes
    cambian las herramientas por el fusil,
    por las carreteras marchan los convoyes militares,
    los niños juguetean con sus ruedas,
    la sangre revienta y baña las banderas
    que flamean en lo alto.


    Ya no hay llantos exquisitos,
    sólo el ruido ronco de los obuses que golpean,
    los versos ya no riman,
    la algarada callejera fue su reemplazo.

    Las flores temblorosas se marchitan,
    no saludan al sol en su cenit,
    el cincel labra los huesos
    entre la orgía de brillantes explosiones,
    las voces de la guerra vibran
    en todos los rincones de la patria.


    Los alcázares de derrumban ante el fuego arrollador,
    las lágrimas y las plegarias ya no importan,
    ¡ Recoged los muertos que esperan su mortaja !.


    Ya no inspiran las estrellas paridas en la noche,
    ni la transparencia de corrientes parlanchinas,
    sólo la fuerza arrolladora de las tropas y
    el fragor de la batalla.

    19

    Sueño con generales y soldados, y guerrilleros,
    todos en la misma fila, compartiendo campamento,
    sin odio ni rencores, mezclados en el campo,
    armonizados con las montañas y las verdes praderas,
    sin tiempo, en el espacio,
    abrazados en la eternidad del universo,
    unidos en un solo canto, los corazones latiendo
    al ritmo del flujo de los ríos, de las olas y del viento,
    de la identidad diversa de mi pueblo,
    en la inmensidad de la geografía de todos,
    en los campamentos
    sin vigías ni avanzadas, en la bella noche
    cobijados por la pálida luz de la luna.


    Sueño con los ejércitos en los cuarteles,
    expectantes a defender la patria
    de agresiones extranjeras.



    Sueño con la izada de la bandera tricolor todos los días,
    con la ¡libertad!
    En el sueño, vuelo con las alas
    del cóndor del escudo,
    veo desde las alturas la ancha geografía de la patria en paz,
    los campesinos labrando la tierra, sin acechos ni amarguras,
    los caminos recorridos por los obreros y estudiantes
    con la fe puesta en un futuro próspero.

    Vuelo a lo largo del Pacifico y del Atlántico,
    oigo silbar el viento,
    cruzo el espacio y me proyecto en el horizonte,
    lejos, lejos, muy lejos,
    sobre los cincuenta millones de habitantes
    en un destino común, una sola identidad.

    La brisa agita las banderas de la vida,
    espectáculo soberbio,
    arrogante de riqueza y paz,
    sueño, sueño, sueño,
    y no quiero despertar.

    20



    Situé pacientemente la lámpara
    en la solitaria penumbra de la conciencia,
    un rugido distante,
    es el eco de las voces
    de los muertos de la patria.

    Manchas de sangre en un río llamado
    hermano de los héroes, oigo fuera la plegaria
    de la injusticia
    que llegó tenebrosa a donde los hombres,
    ráfaga asignada al viento,
    aposento del país de las caras largas,
    movimiento mudo,
    insomnio de la pesadumbre.

    Sé que nadie está en la piel
    más de la cuenta,
    pero nuestro tiempo no puede ser recortado,
    somos cuerpos que no saben
    donde se asientan los corazones,
    ¡inconscientes!
    que es nuestro mayor pecado.


    Vuelve la luz lentamente,
    a lo lejos, las angustias se apartan,
    allá el mediodía,
    a pesar de ello
    se encienden las estrellas.

    21

    Mis maneras internas oscuras,
    los que saben, sobre el corazón afuera,
    a veces levantan la luna roja sobre mí
    y sostienen flores extrañas.


    Dicen que hay un árbol de mi vida en retiro y
    el dolor va en aumento en su injusticia,
    la luz de la luna en la abundancia dice:
    ¡hay que cantarle a la libertad!


    Sé que allí no hay muertes,
    porque de manera viva, ella
    se alegra con las flores embriagantes
    que están en mis manos.


    Si les colocan las cadenas al cuello,
    las flores del tiempo lluvioso
    abren sus corolas y
    la alegría muere a su alrededor.

    Esencial a mi corazón extraño,
    las rosas que son nuevas
    al amor que se descubre en mí,
    es el alma que crece,
    para arreglar tiernamente la tierra.


    Sin la función de la amargura,
    ¿cuál alegría debo conquistar primero?,
    sinfonía extraña de mis risas
    en el curso tranquilo de una inocencia.

    La luz, las hojas, flores de un día.
    el sueño, canción precoz,
    y la ilusión, hacen
    llorar las risas sobre mi boca.

    Vine a cambiar los dolores por la libertad,
    que es posterior a mi reino,
    nació un sol misterioso,
    la mañana es la alegría.


    Luz que encontró una nueva vida,
    un papel en el que la vieja historia escribe
    la misma cosa para poder volver a olvidar
    lo que se expone y se apaga.

    22




    De lo construido sale la nueva vida,
    la carne fatigada, el sueño, el desierto,
    la travesía del sol, los propósitos,
    fantasma valioso que la mente disocia,
    alma invisible de antes de cumplir las metas que se cerraron.


    Revolución de la tierra que vendrá,
    ruido sin luz alrededor del lugar común para vivir,
    tardes de viento de los recuerdos que llegaron
    con la lluvia y con ella los sueños.

    Quisiera hoy tomar la arena húmeda
    para sacar de mí las cuatro paredes de la rutina,
    buscar la leña para hacer un fuego al lado de un río
    y transformar lo que se hace de sí mismo
    en algas, estrellas de mar,
    sueños al mismo tiempo dispersados
    como mariposas temporales,
    descripciones, esperanzas, rueda de engranaje,
    inertes formas que obstruyeron mi niñez.

    El vacío lejano se cierra
    para dar vuelta alrededor
    de la nieve que fue hecha por el pensamiento,
    invierno con su blanco ropaje enlutado.

    23

    Hoy Tengo gusto de la vida,
    tengo gusto de vivir,
    siento que estoy como roca,
    el otro que vive en mí despertó
    exigiendo silencio a los tiempos
    con fugacidad y encanto sigiloso.

    En competencia con el vacío
    el cuerpo se defiende,
    traduce los retos,
    danza armonioso,
    crea imágenes.

    En las colinas la tempestad de truenos es aplaudida,
    la ventana es abierta para el viento congelado,
    la ausencia de severidad
    deja la aprehensión lamentable para poder sonreír.

    El alma se confunde distrayendo al cuerpo,
    caja vacía transformada en espacio para confiar,
    para ser el si mismo de la realidad
    que está intentando hacer el milagro.

    Hoy la vida es un viento,
    más que un viento, más que un tornado,
    no hay ningún dolor bajo la tierra ni bajo el alma,
    la sangre es una armonía roja,
    calma con voz afectuosa.

    Vuelvo a sentir el choque que agita,
    cuerpo y batalla imaginaria,
    ojos cerrados al sombreado de la vida
    que quiso ser modificada por manos extrañas.

     
    #1
    Última modificación: 22 de Septiembre de 2011
  2. hectormaxx

    hectormaxx Moderador de FORO de GENERALES

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    El resumen de tu vida de tus pensamientos de tus ideales como un monumento a tu epitafio,como una apologia de tu vida narrada.De lo que fuiste y dejaste de hacer,de verdad muy grato leerlo de una vida que ha sido buena y es digna de admirar.
    Un gusto pasar por aqui.
    Te dejo mi pensamiento de lo triste que veo a Colombia y me pones comentario:
    Ahi te dejo el link:

    http://www.mundopoesia.com/foros/po...0854-en-colombia-las-ratas-son-uribistas.html
     
    #2
  3. esperancita

    esperancita Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Luis Fdo es toda tu vida ahi es estas lineas , expresas todos tus sentimientos y vivencias y los deseos de un pais mejor lleno de paz que es lo que deseamos todos, y una vida llenas de muchas experiencias. Te felicito . Te invito a leer mis ultimos escritos Esta noche soy tuya , Mi fuego en ti, te agradezco de antemano tus comentarios.
     
    #3
  4. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    Hola Hector, francamene creí que por lo extenso no iba a tener lectores, pero la bondad no tiene límites en los poetas. Gracias mi amigo.
     
    #4
  5. Salvador Pliego

    Salvador Pliego Poeta veterano en el portal

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    Leí los primeros siete y mantienes muy buena calidad en los versos. Tienes buenas imágenes en ellos. Un gusto leerte, poeta.
     
    #5
  6. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    9 de Agosto de 2008
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    Hola maestro, si logré que llegara hasta allí creo que lo hice bien, espero que continue cuando tenga un tiempecito.
     
    #6
  7. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    Gracias esperancita. Estaré en tu poesía.
     
    #7
  8. Luis Fernando Tejada

    Luis Fernando Tejada Poeta reconocido

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    Te he leido y me causaste una grata impresión
     
    #8

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