Tomó mi mano y juró venganza

Tomó mi mano y juró venganza.

Aún recuerdo sus ojos plenos de angustia y duda. Sabedor de la impotencia de nuestro instrumental para impedir que la vida se me escurriera por las heridas, lo mejor que pudo hacer fue llamar a un capellán.
No pudimos menos que sonreír de manera estúpida al ver los esfuerzos del pobre clérigo por mantener el pulso firme y rezar sin tartamudeos.
No recuerdo en que momento se acabaron las absoluciones, ni cuando fueron aplicadas las compresas. Lo que sí tengo bien claro fueron las últimas palabras de mi compañero, de mi amigo... de mi hermano.
Al abrir los ojos encontré en mis manos su diario. Me negué a entregarlo cuando nos cambiaron de camillas en el vehículo y aún lo apretaba contra mí en el momento que desperté en el hospital capitalino.

Cuando dejé el hospital, cumplí mi deber y me presenté a rendir el informe complementario.

“... Lamentamos informarle que el Teniente JFJP pereció en combate. Fue su voluntad que por medio de usted se le notificara a su familia”

“Sí señor, así es...”

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd​

 

Tampoco yo lo entregaría...
Un abrazo

 

Son letras que tienen mucho que aportar.

Gracias Rosario por leerlo y comentarlo.

Un abrazo.