Festejando…

Basta ya, hasta mi yo mismo se ha buscado quehaceres para no escribir la parte de mí que aun festeja. Ese yo mismo me ha envuelto en la duda del escribo o no escribo, se lo digo o me callo, miro al cielo y lo rezo, o lo dejo como testimonio. En fin, veamos en que termino…

Quiero hablarte de los apegos y recuerdos, de esos que se quedan en la piel cual lapas que no limpian, que no sirven para nada, lapas que dan comezón en los recuerdos de hace tanto. ¿Qué, fue hace un año? Lo mismo da, pudiera ser enero o marzo, tal vez nunca o quizás lo que se quedó de ti en mí sea para siempre, hablo de la comezón que sigue y sigue y mientras no se quite, tus recuerdos los encuentro en los brazos, en las piernas, en la espalda, en mi pecho, es decir; a flor de piel.

Los encuentro tal como nacieron el día que vacié mi pecho; sentados, serenos, fumando, bebiendo café con las lapas de otros tiempos que ya no molestaban, a un lado de tus palabras que creí a pies juntillas, frente a lo largo de tu mirada que aun me sabe a verde maravilla, y a tus aromas que parece que se han quedado incrustados como fresco musgo en las paredes del cerebro.

No es que me esté quejando, no te equivoques, por el contrario, hoy me festejo el haberte conocido, el haber bebido de tu boca, el haber navegado sobre de tu piel de oro, el haber filosofado encima de tu vientre de lo ancho y hondo de tu ombligo antes de escribirte en la espalda el poema de mi vida y haber perdido la cordura con tu aliento manzanilla.

Me festejo éste día a solas porque los recuerdos son de uno y uno los festeja según le fue en la feria. Y de lo que hablo es de no olvidar ése haber subido a tu lado al carrusel de los diez u once segundos de perder la conciencia después de la explosión de los fluidos, de quedarme a tu lado a ras de piel mirándote con todo mi respeto, mientras después del amor, a tu modo y con los ojos cerrados, disfrutabas de los fuegos de artificio. Me lo festejo a solas porque tú no estas y es probable que no lo recuerdes y quiera Dios que me equivoque, pero tu silencio es tan de mármol, tan de sueño trastocado a pesadilla, tan inmenso como cada hora, como cada día, como cada mes en que las rémoras me acribillan unas veces dulces, para que negarlo, y otras como comezón que se mete por los brazos hasta al tuétano y se sale como mil espinas pequeñitas por cada vértebra, y también para que negarlo, cuando así sucede, no me gustan, quisiera desprenderme de ellos y negar que sucediste en mi vida, negarte tres veces hasta hacerte invisible y entre cada negación matar a golpes de mentadas a los gallos, sólo por si acaso.

Pero pasa el tiempo y tú no te me pasas.

Intento hablarte claro, pero ya lo sabes, soy una persona complicada, te hablo, con la inteligencia que hay en el amor , en mi amor por su puesto, tal vez, si es que llegas a leer esta carta, o por alguna casualidad y sin flojera llegas hasta aquí, recuerdes que siempre te dije que estaba un punto por delante de ti, y de eso es de lo que estoy hablando, quizás esto sí lo comprendas y si no da igual, mi sentimiento es de a de veras, yo soy de palabra y siempre me sostengo ¿recuerdas mi promesa?, sigo insistiendo en que en el todo y nada, sigo un punto adelante de ti tal cual cuando estabas a mi lado.

No te aterres, no requiero una respuesta, cuando te fuiste me hice mil historias y en cada una de ellas siempre justifiqué tu llegada a mi corazón y tu partida, siempre, hasta ahora te reinvento en mis oraciones y en las letras que la gente que las ha leído dice que son bellos poemas.

Te escribo con frecuencia, pero lo hago allá en aquel espacio que creamos juntos y que también dejaste que se empolvara.

En alguna ocasión leí o escuche que -obras son amores- , pues allá está el poemario que es la obra que te dedique a tinta suelta, sin embargo unos poemas se murieron de sed, otros de frío, unos más aplastados por el polvo que se convirtió en lodo, me acuso; lloré sobre de ellos y murieron de ausencia terminal.

Pero tierra y agua da de nuevo vida y de ahí germinaron nuevos sentimientos, y te invente de nuevo entre versos, en poemas, en mis letras.

Si pudieras ver como me tiembla la garganta ahora que te escribo tal vez los leerías, no digo de nuevo, pues nunca supe si los leías. Pero bueno, somos lo que somos, yo de una pieza y tú, tú eres lo que eres sin quitarte ni tu acento, vamos: ni una coma.

Espero que comprendas, hablo de que no te olvido y de que pronto llegará la ultima fecha festejable entre nosotros -y Dios se apiade de mis sentimientos, pues se habrá cerrado el circulo- es decir, entre mi piel, mi corazón y mis recuerdos.

Así pues, hoy me festejo el haberte conocido -y no hay festejo sin abrazos, así que recibe uno cariñoso y fuerte-, el seguirte inventando y el saber que las lapas no sirven de nada, siempre me recuerdan que pasaste en mi vida y que tu huella es tan firme, que no se borra ni con el agua fina y clara de los lagrimales….


27.1.10


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es triste celebrar de esta manera solo, pero con un recuerdo que duele, besos

 

Todo festejo amerita un brindis.

Aunque se festeje el recuerdo de muchos primeros.

Buenas líneas Tocayo. Gracias por compartirlas. Un abrazo.

 

Contradicciones y adicciones del buen amor.

 

sin palabras me ha dejado.
sin penas no hay olvido.
estrellas muy merecidas.
mis cordiales saludos.

 

Buenas letras de esta excelente prosa poeta, un saludo y mis mas sinceras felicitaciones.

 

Me encanta verte en este saloncito de la prosa,un placer tenerte FRANCISCO
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Gracias por pasar amiga un abrazo fuerte

 

Gracias tocayo, un abrazo fuerte

 

Muchas gracias por pasar, un fuerte abrazo

 

muchas gracias, salu2