El rumbo está ya marcado

La luna está plena
Como harta de un macabro festín.
Pálida,
Perfecta en su circunferencia
De fauno silente

El mundo se paraliza un segundo
Esperando un acto que no llega
(Ella tan solo observa)
Se asemeja al dios cíclope
Que aguardó tres eternidades
Para abrir sus fauces y devorar
La mano invisible del día

Bajo su brillo
Sangrante y nocturno
Puedo leer en las líneas de mi mano
Ese futuro inventado
Que jamás encontré en la caravana de la gitana

Pero es un futuro que se esfuma,
Muy, muy débil,
En precario equilibrio
Sobre la delgada línea del tiempo

“No tienes ángel de la guarda”
me dice Ella al oído
“ni siquiera ángel exterminador.
Nadie se preocupa por ti allá arriba.
Tu muerte o tu vida serán accidentales”

¿Qué decir?
(¿Qué hacer?)
He de buscarme su odio
Cumpliendo a rajatabla
Todos los pecados capitales
¡así reclamaré su atención!

El ojo del dios cíclope
Está clavado en mi
Mas pálido
Más perfecto que nunca
Y el grito terrible del desarraigado surge de entre las piedras
La mayor de las herejías va a comenzar
Hay placer en ello
Y el rumbo está marcado