En el hogar de jubilados

De tierra de invernaderos
aunque siendo natural
y de un rosal verdadero
florecido e invernal,
llegó llena de alegría
con su acento zalamero
de la tierra de Almería
donde vio su sol primero.
Su simpatía enamora
expandiendo su reflejo
cuando ríe, cuando llora,
cuando se mira al espejo.
Su suave balanceo
cadencioso al caminar,
ese alegre contoneo
cual un junco al cimbrear,
y su faz, un dulce nardo,
una rosa, un ababol
que embelesa a este bardo
y encandila al mismo sol.
Ya reluce y resplandece
entre tanta flor marchita
que al verla se agita y crece
gritando: ¡guapa, bonita!.
Se alborota el gallinero,
la bella sonríe y calla,
( siempre hay algun fullero
y lenguaraz y canalla).
Y van pasando los días,
cada cual con sus azares,
yo con versos y poesías,
cuando no, con mis pesares.
Ella con su juventud
dando alegría al hogar,
el resto, la senectud,
a punto ya de finar...​

 

Hola Angel, jajajajaja, gracioso ese hogar de jubilados, lo bueno es que existe alguien que alegre la vida a todos ellos, aparte es joven y bonita. Saludos y estrellas.
¡SONRIE!

 

Disfrute el paseo por tu alegre composicion,felicidades,saludos.

 

Me pareció muy hermoso. Ya se ve que esa de Almería 'te pone' (jejejeje). Del tono que destila tu poema se deduce un gran cariño.

 

que bello poema atipico je me ha gustado. saludos

 

Gracias a tod@s por vuestros comentarios. Vais acertados. Antes fue Ana, después María, a continuación Carla y ahora está Daniela. La de Almería, María.