Desde tu vientre

De tu vientre, de tus entrañas,
de tu sangre, de tu pasión, de
todo lo puro de tu ser, alumbraste
mi porvenir, bendito sea tu vientre,
que anidó cada momento de mí.
Desde aquel momento celestial de mí
concepción, mi alma se entrelazo a tus
hueso, tus carnes, tu estampa.
¡Ah! Como describir el vertiginoso
placer de haber recorrido tu cuerpo,
ese que un día fue tan mío, como tuyo.
Como decirte el orgullo y satisfacción de
ser parte de ti, somos una sola,
¿Lo ves?, ¿lo ves?, somos tu yo,
la fidedigna muestra de entrega.
Gracias por ser mi luz, mi estrella que guía
cada paso, que celebra mis alegrías, llora
y consuela mis febriles llantos.
Madre, te quiero hasta ya no poder más,
te quiero, te quiero, te quiero.
Eres luz, eres calma y tempestad,
sabiduría y mi sapiencia, te quiero.

 

Estás comenzando con los homenajes año 2010 para ese ser tan especial. Saludos para tu madre y estrellas para ti antagonista.