Engrane de versar

Se ríe el engrane de nuestro versar
con un dejo de frialdad.
Sin ningún tipo de maldad
solo cansado de tanto tensar.

Los versos se inquietan
pues saben hacia donde se dirigen
y en la elasticidad que eligen
no caben los parajes que retan.

Los álamos se inclinan por el viento
más no así ante el intelecto.
Pues su orgullo selecto
se rige solo por lo que siento.

Elijo vivir.
Cansado, tal vez.
Más derrotado ¡jamás!
Aunque mi cuerpo ya no dé más
y acuse trazas de vejez
Aún sabe sonreír, si.

La oportunidad que me regala el destino
solo precisa envalentonar el gesto
derruir ese conformismo funesto
con una pinta de guitarra y añejo vino.

Gracias a mis dos Ángeles de la guarda...
ellas saben quienes son.
Nunca precisaron de palmas
y son dueñas de mi corazón.

©®Todos los derechos reservados bajo el nombre de Jorge de Córdoba, Barak ben Asís, Cesarfco.cd​

 

¡Olé, olé y olé!
Te mando reputación y estrellas.
Te quiero
Rosario

 

Gracias, mi bello Ángel de la Guarda.

Dios te cuide.

Un abrazo y un hasta siempre.

 

​

Y sabes que yo te quiero y que cada día estoy​

metidita en tu alma, dejándote mi cariño,​

resguardándote del frío, al abrigo del destino​

intentando de cambiarlo, pues te quiero mucho amigo.​

Abrazos grandes y cuídate mucho.​

​

 

Gracias mil, Ángel de la guarda... Un abrazote desde mi México hasta la Madre Patria.