Cuando tengo el día raro y soy “yerba amarga”

Pero dime dónde estás

cuando tengo el día raro y soy “yerba amarga”

que te ha descubierto como otra flor silvestre.

Tu ves el charol con el que visten los elefantes,

entiendes el perfume de los relojes y de los lirios,

el naufragio de mis palabras tránsfugas a una isla

donde mueren como silencios espontáneos.

La belleza que desprende el aleteo de una mosca

y la elegancia de ese cigarro mal apagado

que cuenta las horas de nuestros sueños hojarasca.

Pero que importa;

pues al despertar encuentro pinceles en tus ojos

y en tus manos reliquias de un santo zaherido.

Si quieres;

haremos un universo sobre ese ángulo muerto

dónde se hospedaba aquel niño florista

que no entendía el amor de una rosa sublime.

 

Me ha encantado tu poema, me alegra la mañana,
te dejo mis mejores deseos, un saludo desde Andalucía.

 

pues al despertar encuentro pinceles en tus ojos. Yo creo que este es un buen ejemplo de por qué ciertas metáforas son de orden superior. Cuando se habla en sentido figurado,pero el referente está cerca por su forma, color, gusto o cualquier otra propiedad física clara, distinta y evidente, la metáfora es rotunda. En este caso la similtud entre las pestañas y las cerdas de un pincel está clara. Y cuando la proximidad llega a ser solapamiento surge la metáfora perfecta de la cual este verso es paradigma. Enhorabuena.

 

Muchas gracias Luis, me ha dado un vuelco el estómago al leer tu mensaje, pues has descrito bien las intenciones de ésa metáfora, ¡gracias y gracias!

Un placer inmenso que me hayas leído.

 

Muchas gracias! Me alegra haberte alegrado la mañana!! Yo también te dejo mis mejores deseos desde Castellón!!

Un saludo.