A un monaguillo lucrativo (Soneto satírico)

Dedicado a aquellos acólitos que se ofrecen a
llevar la cruz, cuando escupen sobre ella por un
puñado de dinero. Dedicado a estos pequeños Judas.
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Sigues la cruz, mas no la del madero
sino de la moneda en el bolsillo,
pues esa profesión de monaguillo
no mueve devoción, mas sí dinero.

Pagan las telas púrpuras el cuero
donde se mete el oro de amarillo,
donde mancilla, rico con su brillo,
convirtiéndose en dios más verdadero.

Mas del cepillo que del rezo atento,
persona más hereje que divina
que se pone a la paga bien contento.

Pues la Sagrada Letra es más letrina
cuando se espera el lucrativo aumento:
es su credo vendido por propina.

 

Dices bien David, pero ya verás que, la verdadera cruz, la llevamos casi todos en el diario vivir.

 

Muy de acuerdo, pero mi soneto va dedicado a esos pequeños judas, como digo, que para ir a la iglesia son muy falsos.

 

Me gustó mucho lo de la cruz de la moneda. Qué total. Y las críticas a estos oficios relacionados con el ministerio sacerdotal que todavía llenan con su estampa virada en sepia tantos rincones de España. Oigo vuvucelas. Son acúfenos.

 

Luis, cada vez que te leo poesía me llevas al DRAE, ahora en tu comentario también con los acúfenos...voy, voy