Bebe lo que te apetezca

Condúceme al altar secreto de tu vientre
Pues no hay mayor juguete que tu garganta.
Bebe de mí cuanto plazcas,
Que hay más deseo en tu sed
Del que corre por mis venas.
No me importa navaja o dentadura
Si el fruto de mi pasión inunda tu boca.
El pálpito viscoso de mi cuerpo
Es un odre de sangre y amor
Es tu alimento.
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Las imagenes de este poema nos hacen tragar seco... Un gusto leerte... seguiré tus pasos. Estrellitas de armonía para este cielo oscuro bañando en sangre...

 

Cualquier fruto sirve para este sacrificio.

 

Destacable producción en este apartado, la pasión de negritud avasalladora y seductora es uno de mis alimentos.
Muy bueno.
Salud y metal

 

Muchas gracias a todos estos amigos que me hicieron creer en mí mismo. Luis