La ausencia de la loba

​

Recuerdo que el verano era fuego:
el sol, el asfalto, mi piel
y mis más recónditos pliegues.​

Tras la equívoca laxitud aparente
dormitaba alerta la loba
acunada en el más explosivo de los lechos.​

Excelso ímpetu que siembra y recolecta vida.​

¿En qué otoño se extinguió?​

¿Qué invierno olvidó cumplir
sus tareas de barbecho?​

¿Qué enfermedad aquejó a la primavera
impidiéndole asistir al renacimiento del alma?​

Tal vez, el otoño se excedió en los grises,
o el invierno desfalleció abrumado por la costumbre.​

¿Quién sabe si es que la primavera
ya no pudo soportar ni una mentira más?​

En este verano recién nacido
el sol es abrasador y el asfalto desprende llamas,
pero de la loba, de su fulminante guarida y de la vida
sólo me queda una apagada reminiscencia.​

 

Los recuerdos motivan y golpean... sacuden, mortifican o acarician a la vida regresando nuevas fuerzas.

Buenas líneas Carmela.

Gracias por compartirlas.

 

Gracias a ti, César, por tu cercano comentario.

Un cordial saludo.

 

Las cuatros estaciones, dormitan en el mismo lecho de la vida que inexorablemente va girando, y obligándolas a vomitar sus gracias naturales, para que luego dormiten en el recuerdo de sus propias conquistas de alegría o cuitas de las batallas perdidas…​

La loba, herida, por las duras inclemencias, observa desde su segura guarida, cauta el pasar de las estaciones, tanto de la blanca nieve que la tranquiliza, como del ardiente verano que su sangre ancestral estimula a copular con los aromas, que han marcado caminos ya hechos, que ella tan bien conoce y gustaría volver a recorrer. Esos atajos y veredas, que desafían al tiempo para conseguir realizar su sueño de cohabitar con la llamada de sus instintos básicos…​

Más aún tan cerca las llamas tiene, que sería harto fácil arder en ellas, por su acumulada hambre de calor, que gastados los cristales de su ventanas, no se arriesga en malgastar las últimas ansias de alumbrar su cueva y conservar intacta su ilusión…​

Carmela deseo sea pasajera, la abstemia de primavera, miedo al sofocón veraniego, ligera depresión otoñal o el despertar de una tristeza invernal, que cubre la realidad, con un manto de blanca esperanza al nevar sobre el corazón al amar…​

Más luce el sol en lo alto y sobre el giro terrestre de la materia, su espíritu inerte de ahora tan solo aparente, sea pronto un amanecer a la luz del SER, que estimule a aullar a la loba bajo la luna llena de sus gracias y se abran esas semillas guardadas bajo el barbecho, que dormitaban sobre su lecho esperando la mirada del amor.​

¡Quiera Dios, el TODO, o el SER, sea tu nuevo celo y resurgir por la boca de tu santa cueva, integra en evocación, pero de renovada ilusión para rellenar esas ausencias de la loba…​

​

Merecidas estrellas y mi gesto amistoso como ofrenda a tu persona…
Mi luz contigo, en paz sea.
Vidal

 

Como bien sabes, Vidal, todo pasa... y todo queda.

La loba es un animal de manada, de familia; encara con dificultad la soledad y cuando es apartada de los suyos, es difícil que sobreviva. Pero, a veces, se produce el milagro.

Siempre que exista la posibilidad, mantendremos la esperanza, ¿no crees?

Gracias por tus palabras y tu compañía.

Mis mejores deseos para ti, amigo mío.

 

Un hermoso poema comparando las estaciones del año con los dolores y rutinas que van apagando el alma, y van empequeñeciendo nuestro espíritu.
Siempre es posible un renacimiento.
Un gusto pasar por tus letras, saludos.

 

Hola carmela, evocando miradas del ayer que fue y dejó amargos frutos, pero el tiempo cura todo, ánimo la vida sigue. Saludos
¡SONRIE!

 

Gracias, TAVOAM, por tu amable comentario. Un placer recibir tu visita.
Saludos.

 

Gracias por tu animoso comentario, mujerbonita. Saludos y sonrisas.

 

Hay mucha filosofía en tus símiles entre las estaciones, la loba y tu propia personalidad que se adapta- Es un gran poema en verso libre con gran encanto. TE ESTRELLO, TE TWITTEO, TE FACEBOOKEO Y TE REPUTO.

 

Qué melancólicos versos nos has compartido estimada Poeta, pero debes saber que con cada primaver, se enciende el fuego de una nueva vida. Me encantó estar en tus letras.

Estrellitas te dejo.

Un abrazo

Esponjita.

 

Excelente poema que ha encantado en su tono de deshojar la margarita del recuerdo con rabia y dolor.
felicidades por tan bello poema ,estrellas para él y besos para ti.

 

Recibe mi agradecimiento, Jop, una vez más, por tu inmensa generosidad. Un abrazo.

 

Gracias, Esperanzita, por tu alentador comentario. Un abrazo.

 

Todo un honor para mí tu comentario, Pilar.

Recibe mi sincero agradecimiento. Besos.