Dame tu mano.

Dame tu mano madre, deja guiarte;
déjame ser tus ojos ya sin luz,
permite que te ayude con tu carga,
aligerarte un poco con tu cruz.

Ya te pesan los años viejecita,
arrugado tu rostro, blanco el pelo;
deja que yo te ayude madrecita,
alcanzaré por tí el azul del cielo.

Seré tus piernas para andar con prisa,
seré tus manos para dar calor
y teniré tu boca con la risa
y tu regazo me dará su amor.

Estoy postrada ante tu silla, Anita,
quiero ser tu pilar y tu bastón;
Hoy serás tú la niña pequeñita,
yo sostendré tu grande corazón.​

 

No solamente la mano, el corazón, la ternura y todos los mejores sentimientos por ese gran ser, un gran saludo cariñoso.

 

Y que no damos por ellas querido amigo benignorod!!?? Gracias por comentar ,es un honor tenerte en mis escritos. Te mando un gran abrazo desde mi amado México.

 

Hay que ser agradecidos con quien nos dio su vida su amor y comprension.
Gusto leerte.

 

Hola
un gusto leerte,
trazas un camino
de efusiva ternura
Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

Y más yo que tengo mamitis querido amigo!! He de admitir que mi vida gira en torno a mi madre adorada, una señora de 81 años, que ha sido mi ejemplo y mi guía. Un gran abrazo para tí Héctor desde mi corazón

 

Sonrio siempre que te veo por mis escritos querida amiga Mujer Bonita. Un honor tenerte por mis lineas. Un fuerte abrazo.

 

Amiga Juana,que bellos versos...que tristes...me haces pensar a mi abuelita.
Estos seres nos dieron tanto amor...los queremos tanto!!!
Se me llenan los ojos de lágrimas por tus tan sentidos versos.
Besos con cariño amiga.

 

Gracias querida amiga Merry por leerme, un placer tenerte por mis escritos. Yo también quise mucho a mi abuelita y claro que la extraño, pero su luz se ha quedado conmigo. Un abrazo cariñoso.