Beso

Este fuego no cesa ni se agota,
y cuando tiene el alma ya cautiva,
con más violencia y resplandor se aviva
hasta dejarla pobre, seca y rota.

Esta llama por dentro libre trota
y a la razón de su lugar derriba;
la sangre se enfurece, muerte viva
que asciende, salta, empuja, muerde y brota.

Revuelto el corazón y el alma ciega,
herido el pecho por la flecha ausente
del anhelo que todo el cuerpo anega.

El labio que antes fue, ya no se siente,
y un último suspiro al aire entrega
derrotado por ese beso ardiente.

 

David, ha sido un placer leerte. Es un precioso soneto. Te dejo estrellas. Un abrazo

 

Hermoso soneto, David: la pulcritud de sus versos es algo proverbial en ti.

Estrellas y un abrazo.

JL

 

El placer ha sido mío.
Otro abrazo.

 

Muchas gracias por tan amable comentario a este modesto soneto. Siempre es un placer que pases por aquí.
Otro abrazo para ti.

 

Muchas gracias, Maramín, por pasar y dejar tu comentario, siempre agradable.
Un saludo.

 

Es un soneto que sirve de ejemplo de estructura compacta, sin fisuras, en el que el sentimiento amoroso y la pasión encuentra un andamiaje perfecto. Luis

 

Muchas gracias, Luis.
Un abrazo.

 

¡Hermoso soneto escrito con una ardiente pluma!

Es Cupido el que se espera y no llega para olvidar amor ausente.

¡Besos, mariposas de luz y estrellas poeta!

 

Muchas gracias por tan amable comentario.
Un abrazo.