El invierno (I)

cuando la vecina vuelva a cocinar olores tibios
y los niños regresen a casa con charcos de mascota
cuando los blancos sean grises
y las multitudes solitarias tejan el nombre de las calles
cuando caigan carámbanos latidos y Celsius
y el café nos arañe la garganta
cuando el sol juegue al escondite con las tardes eternas
y seamos sólo perchas para los abrigos
cuando la luna calce bufanda de oscuridad temprana
y las borrascas agonicen sobre la alfombra del salón.

sabremos que ha llegado
-el invierno-
cuando todo esté frío.

...

 

Hola,
ay que tibieza en esos versos
poema que va acelerando
los latidos.
grato leerte
Saludos y estrellas
¡SONRIE

 

Danmar
Eres un poetisa, que nadie te diga lo contrario, este poema da testimonio de mi dicho, felicidades!!!
Besitos.

 

Y cuando llegue el invierno, mucha leña en la chimenea para calentarme y para salir un paragua.
me gusta tu escrito.
saludos