La boda

La boda

La montaña se casa, se viste de lino blanco.
No es invierno, por cierto. No hay humedad en el cielo.
La blancura no es fría, es ardiente como un beso.
La novia no sabe quién es el consorte
y al ver la legión de soldados no entiende
que ha sido brindada a todo el regimiento.

La boda es orgía desde el comienzo,
los sexos penetran la piel de la novia, todos al tiempo;
el dolor no agota a la dama, sino la matanza
de los anhelos de una beldad antes casta.
De tantos maridos no hay uno que mime
los senos verduzcos o la cabeza helada.

Agonizante al final del jolgorio
la esposa flamante maldice su suerte y su boda.
Muere desierta, bajo las botas groseras
de sus mil esposos, que no se dan cuenta.
Pero la engorrosa semilla germina y crece
en el cadáver materno una raza de siervas.

 

Bienvenido seas al portal,
que mejor manera de ingresar
con una esplendida obra.
Lo sublime de tus palabras
es fabuloso.
Nuevamente bienvenido
y bello poema.

 

ya flamante y hermosa naturaleza, siempre tiene un ritual, con el viento, el sol y la luna, buen escrito aunque tengo duda con una palabra, verduzco, será con "s", saludos y bienvenido

 

Gracias por la bienvenida, poder ser leído es como dejar que me miren como soy en realidad... ¡Que nunca muera la poesía!