Rutina (amanecer confuso)

Rutina (amanecer confuso)

Acogido por la languidez
abre los brazos un cuarto,
una pieza de mucha sencillez;
algún tipo de frío lagarto
parece forrar con encanto
cada pared en palidez;
hay algo común en el lugar
no se oculta la naturaleza
quizá en toda la agudeza
aquí sólo se viene a jugar;

incluso tiene presente
una mujer madura,
humeante, de pie vibrante;
en danza sublime y segura
apena a la lujuria su figura;
el testigo medio pensante
esta listo para dejar el mundo.
Ella era amante en la selva
conoce el instante inmundo
ha traído ron y la reserva;

(se le toma el gusto
a lo que carece de certeza
porque jamás se torna injusto,
porque luce piel blanca su belleza)

ha traído un manual
como todo lo costoso
¿ha dónde fuiste?
lejos del infierno casual.

Y el nocturno se ríe de mí,
lo hace como un morboso.

El final se inicia,
su voluntad es caprichosa
se alimenta gustosa
de la acción primicia;

se escapa el esfuerzo,
existe fluidez en la rabia;
dios se colgó del pescuezo
cuando su creación fue sabia.

En estas calles ancianas
se avecina una marcha;
miradas entre persianas
y la muerte en su racha…

En los ojos de una muchacha
cargada de hojas peruanas
está la sazón de las erradas;
perdónanos Pacha Mama…

Él la tima,
él la arruina;
él con ella en las mañanas
como el Dios en su vagina.

 

es extraño estar en ese momento, muy confuso, grato leerle