Margarita

Suaves son las manos de Margarita, pero a la vez fuertes son sus dedos, en ellos las llagas que dejó el tiempo y el trabajo han dibujado, trazado líneas que son testigos de las batallas que ha tenido que librar para poder pertenecer a ese “círculo de hombres”. Los callos de sus pies son como erupciones de aquel volcán que no se apaga, al contrario se enciende como el fuego, ardiente, latente comparado a la sangre que corre por sus venas al escuchar hipocresía, palabras humillantes de aquel ser que se siente superior a ella, que es su compañero eterno. Sin embargo, la petulancia de él, lo llevará a la más absoluta oscuridad donde no la encontrará a ella, como siempre, como esposa, compañera y amiga, sino él mismo se verá en su rostro y reflejará su esencia

 

Maravillosa prosa, simplemente maravillosa. Te dejo mi aprecio en un abrazo de colores y un ramo de estrellas.

Me gusta tu estilo espero leerte pronto.

 

Excelente oda al victimario de Margarita. Saludos, repu y estrellas.