El andén, usted, y yo.

Usted y yo
Y el andén
Y ese viejo reloj que come los minutos

Una mirada muere de pena si la mira


Usted y yo
Y esa distancia breve
Eterna
Diminuta


Un mar de soledades que no entiendo
Ni me explico
Cómo puede existir
estando casi juntos
en este andén bendito
de una tarde vacía

Usted
Y yo
Y esos vocablos mudos que se llaman silencio
Mostrando entre las sombras la roja luz del miedo

Usted tan lastimada de soledades frías
Yo tan lleno de pasos
hambrientos de un destino

Se consume el minuto en ese andén vacío

Ni la miro
Ni me mira

La máquina ya viene
Nuestro suelo palpita
Simple paso del tiempo con miradas fingidas

Yo no existo
Usted,
es utopía

Luego, siguen los pasos

Luego, duele la vida

Usted
Y yo
Qué pesar
Qué rutina
Atrapado en los modos
de conservar la línea
de una moral perfecta
etiqueta y rutina

Qué formas tan absurdas
de adecentar la vida

 

felicitaciones, me gusto su poema.
creo que este se puede interpretar de muchas formas,
pero todos valen ya que sus versos lo ayudan

saludos

 

Un agrado pasar por tus buenos versos,colmados de dolor y desencanto . Te dejo estrellitas y saludos fraternos.
Esperanzapaz

 

Una de las formas de "sincerar" la vida arrojada a la distancia de un tren. Casi como un suicidio. Gran poesía, poeta amigo.

Grato es verte. Mi saludo.

 

Hola jamb, gracias.

 

Besos esperanza. Abrazos. Gracias

 

Poeta. Sinceramente ciertas las formas de aguardar un tren hacia el mismo rumbo. Bueno, los trenes de pasajeros, por aquí son historia. Gracias Daniel.

 

Vale la pena escuchar, sentir, vivir... el poema eleva las pisadas que se quedan amorfas ante la libertad reprimida.

Disfruto cada lectura de tus páginas. Gracias por ser parte de la familia.

 

Los personajes y su papel, por sobre las posibilidades que abre la comunicación.

Y parte también del instante que nos hermana como generación coincidente en el instante.
Abrazos.

 

Tu poema me hace pensar en tantas historias y vidas, muchas de ellas extraordinarias, que se cruzan en silencio, todos los días en las grandes ciudades, y si siquiera imaginamos, y nunca sabremos de ellas. La inmensa soledad que habita en la multitud. Te felicito por tu bello poema. Un abrazo.

 

Yo también pensé en lo mismo: a una voz de distancia, a una mirada... qué mundo surge. Abrazos. Gracias.

 

Qué podría haber detrás de un saludo, una mirada. Luego vivir preguntándonos qué sendero empezaba ahí.
Cierto. Besos.