El garrón

Alcanfor en el pecho
para sudar un buen olor
del aroma de la menta hecho
como un disgusto tricolor

la pezuña inquisitoria
muestra atisbos de confianza
la balanza de los sueños la difama
y la embeleza una dosis de esperanza

el garrón de esta herejía
como espolón de cansancio febril
disgusta a la más tibia alegría
bajo la sombra tersa de un añil

cabalga la pezuña…
como un soplo de acordeón
derrama su canción por las camuñas
y entre uñas lleva preso al garrón​

 

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Usted sí que no garronea Poesía, don Big. La hace grande nomás. Con pezuñas o sin pezuñas.

Desde una noche con un soplo de acordeón porteño... donde se suda menos pero es posible degustar el aroma de sus versos... le mando todas mis estrellas.

Un abrazo, Compatriota.

 

Oso bello, que este poema me recordó no sé ni por qué, pero lo hizo a las canciones de Joaquín Sabina, que dicho sea de paso es mi adorado. Que garrón más llegador nos dejas esta noche he?! Aunque seas un tanto hereje,jejejeje . El jejeje es risa no extensión de hereje.:::lengua1::: :::hug:::

 

Gracias compatriota! exagera sus palabras, pero miro pal costao y me las guardo en el bolsillo de la alegría... Chan... Chan!

 

Gracias por sobrevolar estas letras Mariposa Sabinera, es verdad, este garrón hereje ya no hará más de las suyas, pues la pezuña justiciera lo pondra en su lugar...

Un abrazo Sabinero y volador, dulce y azul...