Triste adoración

Amabas las golondrinas:
las veías posarse
en los alambres de luz
y un frío sudor
arropaba tu espina.
Era extraña adoración
la que por ellas sentías
de tu mano les dabas maíz,
violentas te picoteaban
pero a todo ello,
reías.
A la más chiquita
de ojos grises
con Plumas disparejas
apodaste Lolita.
La llevabas en tu mochila
Al volver del colegio
la saludabas enseguida
una casita le construiste
en el umbral de la cocina.
¡Cuánto la adorabas!
Una canción le compusiste
sonaba tan bonita
la tarareabas al ducharte
antes de dormirte
hasta en tu mente
la repetías.
Pero Lolita enfermó
lentamente moría
desesperada,
no entendías
que la vida es tan frágil
como el sol al mediodía.
La encontraste muerta
una tarde.
Enmudecida, no lloraste
nada dijiste en el funeral
que previamente
exigiste para tu amiga.
Sonó un violento golpe
salimos todos apresurados
vestida con alas y pico
quisiste volar con ella
al cielo, esa tarde.

 

Una triste historia de dulzura y entrega... un gusto leerte amiga...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

que eclipsante se vuelven las letras.

un gusto leerte.

 

Que triste esta historia que has plasmado en tus versos,Sara,has plasmado muchos y profundos sentimientos de entrega total,es un gusto pasar,un beso Sandra

 

que hermosos sentimientos se pueden sentir al leer este precioso poema, felicidades. estrella