Me pesqué con una estrella.

Seca, la piel del tejado
me hizo de lecho a altas horas
y ante el acecho de esloras
yo creí estar resguardado.

Mas...¡No es posible!- Me dije.
...todo fugaz cual centella...
Hizo de cebo una estrella
y ahora este cabo me inflige.

No hablo de daño ni anzuelo,
hablo de un sueño en conciencia.
Del despertar de mi esencia
como fue antaño en el cielo.

Una vez fui recogido
vi ante mí al señor
y, sin tristeza ni ardor,
vi que era yo, sorprendido.

No fue sorpresa non grata
pues ya pensé de chiquito
que ayudaría un poquito
un dios que viste de plata.

Y si no ayuda, pensaba,
no es porque nos tome a chiste,
sino porque Dios no existe...
ya de chiquito pensaba.

​

 

Muy buen poema mi querido amigo Daniel, de una gran sensibilidad. Dicen que si Dios existe y permite tanto sufrimiento en el mundo es que es un Dios malo. Gracias por este regalo. Te dejo estrellas y un abrazo cálido.

 

en el alma estan los misterios que estan al pronto llegar. entre lo falso y lo real.
muy bueno

 

Muchas gracias querido Dulcinista. La verdad es que coincido con aquello que dicen desde pequeño, aunque nunca se me había ocurrido plasmarlo en un poema. Me alegra que te haya gustado, un abrazo muy grande y estrellas.

 

Me alegra que te haya gustado remanente, un abrazo y suerte.

 

y dicen que no es fácil alcanzarlas, mis intentos son en vano, saludos

 

lindo y triste a la vez tu poema fue grato leerte saludos

 

No, no lo es...yo la alcance en un sueño y al despertar no estaba ya ahí, pero afirmé mi postura respecto a Dios. Y pienso que las mejores y más bellas estrellas se encuentran aquí, en la tierra. Gracias por leerme y suerte en la búsqueda de tu estrella

 

Me alegra mucho que te haya gustado. No es triste a mi parecer, más bien realista...y si se entiende como lo entiendo yo aportará mucha más alegría que la que pueda darnos el silencio de un Dios egoísta. ¡Suerte y un abrazo!