El ojo del muerto

Ya desde niño demostró ser ambicioso. Pertenecía a una familia muy pobre; su padre, humilde y conformista, nunca deseó riquezas. Heredó el trabajo del padre; labraba la tierra de sol a sol. Era pequeño y musculoso; nariz aguileña; ojos grises en la cara cuadrada y morena. La continua convivencia con su progenitor, harapiento y servil, hizo que anidara en su alma un irrefrenable afán de riquezas.
Una mañana de invierno halló lo que tanto había anhelado; al remover la tierra con el arado oyó un ruído seco, como si la reja hubiese tocado con algo duro. Detuvo los caballos y miró hacia el suelo donde vio algo brillante. Se agachó y descubrió que era una moneda de oro; la cogió con sus manos. Escarbó en la tierra y descubrió un ánfora llena de monedas de oro y plata; la reja del arado la había roto. Llenó las dos partes del serón con las monedas, lo cargó sobre el caballo más robusto y se dirigió a casa. Su padre aún no había llegado y decidió ocultarle su hallazgo. Guardó las monedas en una alforja que enterró en un agujero hecho en la tierra. Cuando el padre volvió a casa no pronunciaron ni una palabra; nunca lo hacían; no es que estuviesen encontrados, es que eran así: esquivos, silenciosos y austeros.
El padre se convirtió en un impedimento para sus fines. Deseaba su nuerte; soñaba con el día de verse libre de él. Por fin llegó ese día; el padre murió como había vivido, en silencio. Al día siguiente, después del entierro, desenterró las monedas y cogió algunas de ellas; después volvió a tapar el agujero. Su deseo era comprar toda la tierra que pudiera. Se volvió avaricioso y soberbio. Cerca de su casa vivía una viuda con su hijo; el difunto marido y él habían sido buenos amigos. Siempre había ambicionado la tierra y la casa donde vivía la viuda. Ahora, con su amigo muerto, le sería fácil comprársela, y más teniendo en cuenta que el marido, poco antes de morir había contraído una deuda con su padre. Conminó a la mujer a que pagase la deuda. Ella dijo que le era imposible, que llevaba dos años de malas cosechas y él la amenazó con denunciarla; la mujer le suplicó que no lo hiciera, ya que su hijo era muy pequeño y moriría de hambre, pero él no tuvo piedad de ellos y la denunció. Le quitaron la tierra a la mujer. Pensó que por fin cumpliría su sueño; esa pequeña porción de tierra con la que la mujer había saldado su deuda, sería el comienzo de su ambicioso proyecto.
Llegó el invierno y cayó la nieve. Una mañana, encontraron a la mujer y al niño muertos de frío bajo un árbol; estaban abrazados para darse calor.
Pasó el tiempo; acaparó muchas tierras;era odiado y temido en todas partes. El día de los difuntos, se acercó al cementerio a llevarle flores a su padre. Pensó que debía sacar el cuerpo de la tierra para que descansara en un nicho, como los muertos de los ricos. Se acercó a la tumba de la viuda y su hijo; habían sido enterrados al lado de su amigo, el marido de la mujer. Como en una pesadilla, cayó de pronto la noche. A pesar de que eran las diez de la mañana, las tinieblas se apoderaron del cementerio. Comenzó a nevar y se quedó solo en el camposanto. De la tumba de su amigo comenzó a surgir un resplandor. Vio delante de él un ojo luminoso que rugió con una voz atronadora. Estaba petrificado, sin poder moverse. De pronto, donde debía estar enterrado el cuerpo de su amigo, se abrió un gran agujero y de él surgió una mano que lo agarró con fuerza. Vio con asombro que a su alrrededor se habían abierto innumerables hoyos. La mano empezó a arrancarle poco a poco los miembros: una oreja y la arrojó a uno de los agujeros, la otra oreja; los ojos; cada uno de los dedos; las manos; los pies; los brazos; las piernas. El dolor era insoportable. Gritaba como una fiera. Los agujeros se cerraron. La cabeza seguía estando encima del tronco; la cara, sin ojos. El ojo seguía brillando. Continuaba cayendo la nieve. La tumba volvió a cerrarse.
- Ahora tienes para ti toda la tierra que ambicionabas - atronó la voz surgida del ojo antes de desaparecer.
En el pueblo dicen que algunas noches puede verse el tronco de un hombre mutilado intentando escarbar la tierra con los dientes; algunos dicen que busca sus miembros; otros sin embrago, han reconocido en su cara sin ojos a Matías Téllez, el hijo del viejo Romualdo, buscando un tesoro que escondió cierta tarde. Nadie se le acerca; todos le temen. Sigue buscando las monedas con una ambición sin fin. Cuando en la noche oscura la luz de la luna alumbra sus cuencas vacías, parece un espectro indefenso. Los lugareños sienten por él un poco de lástima, aunque el miedo les impide acercarse, y no le hablan.

Eladio Parreño Elías

4-Septiembre_2011

 

Amigo dulcinista.
Impresionante relato, me ha cautivado desde el principio hasta el fin. Así deberían pagar todos los avaros.
Reputaciones y estrellas.
noé mesías.

 

¡Sisssssssssssssssssssssssss! Te lo digo bajitooooo, Eladio, no des ideas, porque soy humilde labrador, y has de saber una cosa. Cuando yo compré las tierras que hoy están a mi nombre, me dijeron que en tiempos de guerra, habían enterrado tres lingotes de oro. Yo de inmediato olvidé mi sueño de campesino honesto, que no es otro que sembrar y recoger, para luego regalarlo a los que menos lo necesitan. Bueno pues inmerso en la codicia de encontrar aquellos tres lingotes, para no levantar sospechas, me dispuse a plantar árboles frutales. Y planté y planté hasta no quedar un rincón sin haber hecho un hoyo, pero como nada encontré, más que duras piedras. Sospecho de mi hijo mayor, porque el fue el único que me ayudó a hacer hoyos...
Pero como no nos hablamos. Te puedes hacer una idea de la idea que acabas de darme. Espero que él no lo leaaaaa...
Te dejo estrellas y tu voto de silencio, menos mal que solo me lo has contado a mí...GRACIAS...
Abrazos sin ansia...
Vidal

 

que relato amigo dulcinista, impresionante, me ha gustado mucho, saludos.

 

wowwwwwwwwwwww super escalofriantee ,intensa y justa. Pobre mujer y su hijo haber muerto de esa manera por la ambicion del loco ese, Excelente queria darte repu pero nada pero sabes que la tienes ,besos

 

Un relato que impresiona y aterra, que invita a reflexionar sobre donde están nuestros intereses, abrazo amigo, por tu impactante relato, un placer leerlo, aunque produce un poco de espanto, abrazos y reputación,

 

Buen relato Dulcinista, escalofriante y se deja ver bien reflejada la ambición. Ha sido un honor pasar por tu espacio amigo. Un beso y estrellas.

 

Genial, amigo y es que la avaricia... rompe el saco...
besos y estrellas
Rosario

 

MUy buen relato amigo mio, una historia entretenida y bien llevada, muy grata de leer, gracias por compartirlo, eres un genio de la materia, estrellas todas, abrazos, Ricardo.

 

Gracias amigo noe, celebro que te haya gustado mi relato. Un abrazo.

 

Por eso digo q ser avaro no es bueno
mata el ama y crea veneno... me encanto leerte
tiene todo lo bueno debe tener una prosa de este tipo
kisses.

 

Mi caro amigo, simplemente imprecionante, un relato emocionante que amarra a cada linea hasta el final... gracias por compartilo, un deite descansar en tus letras. Bendiciones y un abrazo desde la distancia.

 

Muy bueno...los ambiciosos de una u otra manera reciben su paga...tres veces tres su aniquilaciÓn...
Es bello leerte, en cualquier Índole...tqm

 

Gracias Vidal, te mando un abrazo de amigo.

 

Gracias amigo, celebro que te haya gustado. Un abrazo.

 

Que buen relato!! Uufff es espeluznante imaginarse al hombre mutilado...me dio miedo en verdad!! Te mando un gran abrazo y estrellassss!!!

 

Gracia Miguel, un abrazo.

 

Gracias nube blanca, un abrazo de amigo.

 

Huy. me atrapaste y lo he disfrutado, Y medio miedooooo.:S un beso

 

Gracias amiga por tu comentario. Un beso.

 

Amigo mio, la verdad es que impresionas, Cada vez que te leo tengo que tener la luz encendida porque se me pone los pelos de puntas y aparte de eso...toco madera cuando escribes sobre tumbas o el campo santo.ABRAZOS ANDA QUE TE LAS TRAES ESCRIBIENDO....

CONCURSO DE MICRORRELATOS
http://www.mundopoesia.com/foros/mun...rorrelato.html

 

Gracias amiga MARY, celebro que te haya gustado mi poema. Un abrazo.

 

Gracias amiga Agua Mar, celebro que te haya gustado mi poema. Un abrazo.

 

Gracias amiga WICCAMBAR, celebro que te haya gustado mi poema. Un abrazo.

 

Gracias amiga LOVESTORY, celebro que te haya gustado mi poema. Un abrazo.

 

Gracias amiga OLY, celebro que te haya gustado mi poema. Un abrazo.

 

Gracias amiga ROSA, celebro que te haya gustado mi relato. Un abrazo.

 

Gracias amigo Esteban, celebro que te haya gustado mi relato. Un abrazo.

 

Gracias amigo Ricardo, celebro que te haya gustado mi relato. Un abrazo.

 

Qué buen trabajo, amigo. Mucho me gustó leer esta historia. Ya, ve usted, que la justicia siempre llega, tarde o temprano... ;-) Los malvados siempre pagan por sus crímenes... ;-) Saludos.