Las alfombras y los mohicanos

¡Tres días en penitencia,
sin televisión
ni golosinas!.
(Por recortar la alfombra
con las tijeras
que encontró en la cocina).
La carpa que diseñó,
no sirvió de atenuante
ni conmovió a los jueces.
Los indios vivían mejor
sin tanto confort,
ni estilo en los ambientes.
Ahora, no podrá jugar
al "último mohicano",
ni caer desde el sillón
cual si fuese el barranco.
¡Cómo tener imaginación,
si siempre lo están castigando!.

 

cierto, me imagino lo que podrían hacer con un martillo. Que peligro!

 

Como esas batallas intrépidas de los Mohícanos, todos fuimos cuando niños, los valientes corsarios que descubríamos tierras, las princesas enamoradas de los gallardos reyes. Abrazos y gracias por tan bella poesía.

 

¡GRACIAS POR LEER ESTA HISTORIA, CASI REAL!
Luis Elissamburu

 

Con martillos, casi carpinteros, con un lápiz, casi artistas. Tiempos hermosos donde el peligro no existía, porque no lo conocíamos.
Un abrazo.
Luis Elissamburu.

 

¡GRÁCIAS POR PARTICIPAR DEL MUNDO PERDIDO!, NOS PUEDEN QUITAR TODO LO QUE CONOCEMOS, PERO NUNCA LLEGARAN A LO QUE HEMOS SOÑADO.
UN ABRAZO.
Luis Elissamburu.