Las botellas de Martín.

Es muy humano equivocarse, y a veces, hasta cuando las cosas se hacen bien, los resultados no son los mas deseados. Cuanta mas confianza hay entre dos personas, mas inevitable es que choquen. Pero cuando de verdad existe el amor, siempre hay solución, y las oportunidades de reconciliación surgen, ...o si no, hay que buscarlas. Me encanta lo que escribes y como lo escribes, te felicito Elisalle. Un abrazo.

 

Recibo con mucho aprecio tus palabras, amiga. Gracias por tu tiempo en que dedicaste a leer y comentar mi trabajo. Tienes demasiada razón en lo que dices y entre una madre y una hija no puede faltar amor. Abrazos LIBRA8.
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Los enojos entre padres e hijos siempre exiten...y es verdad lo que dices, una caricia es más que suficiente!!...abrazos mi querida amiga. Abrazos por mil!!!

 

Los hijos van creciendo y se van produciendo los problemas generacionales, tanto padres como hijos vamos teniendo cambios y a veces no es fácil llegar a un acuerdo pero es uno la más grande, debe
dar el primer paso para que ellos lo den cuando les corresponda con sus propios hijos.
Muchísimas gracias, Heraldo. Gusto para mí que pases por aquí. Un abrazo.
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Hay cosas que rasguñan el alma pues y lo más fuerte es estar enojado con los hijos y ellos con los padres, se sufre por igual, el primer paso siempre lo debe dar el más grande. No se necesitan ni palabras.
Muchas gracias Julio, me da gusto verte aquí, amigo.
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Es una majestuosa historia,
que contada en tu arte poético
es todo un lujo.
Y como el tio ingrato, no podia faltar;
en este encuentro sin fin
aquí estoy con mi saludo y cariño
para ese dulce y maravilloso niño.
Mi sobrino Martín.


No hay halagos, solo cariños pendientes para tí y tu hermosa familia. Es un honor que en toda esta distancia, nuestro recuerdo nos mantenga cercanos.
Beso tus manos magna poetisa del bello sur, adjunto un abrazo inmenso para Martín.