Papá

Aquí estás, padre, con tu mano en mi hombro, amigo, siendo una vez más mi apoyo y mi impulso, alentándome como cada día a ser la mejor persona que puedo ser… a intentarlo al menos… a luchar por ser quien anhelaba ser de niño como tú lo hiciste por tantos y tantos años, más por los tuyos que por ti mismo, pues te olvidabas fácilmente de tus propios sueños por alimentar los nuestros con el pan que ganaban tus manos laboriosas, tus desvelos y tus madrugadas, tu convicción firme de que nada era suficiente para la felicidad de los tuyos y que ningún peso sobre tu espalda quebraría tu afán de ser para ellos lo que la vida con dureza te preparó para ser, el hombre de la casa… Siento hoy tu corazón inyectándome fuerza para seguir andando, para enfrentar como tú cada nuevo día… tu corazón que dedicaba pálpitos enérgicos a cada minúsculo triunfo de tus retoños, que saltaba a la par de los brincos en esos juegos locos de la infancia. Claro, eras el héroe de mis fantasías, la meta del camino que ya de pequeño me trazaba: ser como tú, calzarme tus zapatos y caminar tus caminos, cubrirme del sol en las largas jornadas con tu mismo sombrero, tener las mismas marcas de tus manos en las mías, señales de un trabajo perpetuo entregado a los demás. Eso has sido, padre, referente de mis acciones en cada pequeña obra, imagen de lo que puedo considerar bueno y correcto, aunque hayas reprochado tantas veces tus faltas, fuiste humano, padre, fuiste un hombre que también buscaba ser lo mejor que podía, te equivocaste quizá muchas veces buscando el modo adecuado, y hoy puedo decirte que celebro también tus errores porque con el tesón que te enfrentaste a ellos me enfrento yo a los míos, porque sabiendo de ellos reafirmo la creencia de que eres mi héroe, más valioso todavía por ser simplemente un hombre. Cuánto tuviste que sudar, cuánta fue la carga sobre tus hombros por tantos y tantos años, el peso de un hogar lleno de bocas hambrientas, de pequeñas ambiciones y de mentes ávidas de comprensión del tortuoso mundo de afuera, una casa construida con tus horas de sacrificio y tus sueños de vernos algún día volar, aunque para ellos tuvieses que quedarte en tierra para darnos impulso, vigilante del cielo para advertirnos de las nubes negras, olvidándote quizá de tus propias ganas de surcar el azul profundo que corona la esperanza de los mortales.
De cualquier manera estás aquí, porque tu palmada de aliento es parte de mi propio cuerpo, tu mano en mi hombro es ahora mi bastón y tu imagen es la que encuentro cada día en el espejo. Es tu mirada la que sigue trazando imaginariamente el camino que voy andando, porque aún necesito saber que mis pasos son tus pasos, que camino hacia donde me enseñaste y con la firmeza de la pisada que evoca tu manera de plantarte cada día frente al mundo, como cada mañana muy temprano… tendría que reclamarte únicamente los besos en la frente que no alcanzaste a darme porque se te hacía ya tarde, te esperaba la jornada y en la noche estaría yo muy ocupado para pedírtelos… tendría que exigir rendición de cuentas y entonces sabría que por cada beso que no pudiste darme te debo yo al menos otros mil, y que nada de lo que hiciera hoy o el resto de mi vida sería suficiente para ponerme al día contigo, por ello tendría que resignarme a quedarte mal una vez más y decirte sólo “gracias… feliz día papá”… pero seguro me dirás que con eso es suficiente, tu corazón saltará con la misma alegría de otros tiempos y me dirás tú “gracias hijo”… Insisto, padre, en darte yo las gracias, en desearte toda la felicidad que pueda un hijo brindarte… en decirte que fuiste, eres y serás, mi héroe.
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Hola
Me ha parecido una bella narrativa, es como una carta a tu padre, en ella destacas sus virtudes, sus sueños sacrificados en pos del bienestar de la familia, sus sacrificios...esa palmada que siempre te daba, alentándote a salir adelante...él es tu héroe, y eso es maravilloso
mis felicitaciones.
Creo que debes editar, pues la narrativa se te ha repetido dos veces, por eso te he puesto en verde lo repetido para que lo borres
Un placer pasar
Saludos
Ana

 

Gracias por el comentario, y la advertencia! Saludos!