Los Métodos

Los Métodos

La metodología de los proyectos
es un agujero inteligente,
que te toma cierto tiempo,
y si acierta por demente,
la locura no es defecto
por electo el que se piense.

El método no engaña,
el método se tiene
por el éxodo campaña,
de recorrer por lo creciente,
esas aguas derramadas
que estancarán por convenientes,
en el lago experiencia
cuando un sol que es pretendiente,
nos muestra llamaradas
despertándolas con ciencias
que nos dejan su simiente.

Y un minuto antes de lanzarte,
por el método que arrastres
dudarás a toda máquina;
si ese método es empaste
que acomoda ideologías,
-algunos hay que en sus manías-
descartando algún Descartes,
verán sólo por su inquina
la ojeriza hacia otras partes,
que denuncian su osadía
y le hacen ser mal sastre.

Al mismo tiempo
y en un rincón de nuestros daños,
por hipócritas compendios,
dirán que en errores de la historia
fallan en sus oasis desaciertos,
pues no hay quien, si no hay memoria,
y un Adán sin mono es muerto.

Dudas del que hacemos
cuando un dios guía la mano;
aún socios tan enfermos,
que para dos mil que sean sanos,
un millón de brazos muertos
aún respiran por fulanos.

“No todo va a ser exacto”
dirán los tales pajaritos,
porque saben que hay relojes
que se atrasan con los años,
y quien venga a darles cuerda
lo asesinan por pagano.

Descubrieron el inicio
y de inicio acomodado,
si un bebé fue el universo
morirá también anciano.

Y yo os digo
presuntos delincuentes
del presente y del pasado,
no hay futuro en vuestros dichos,
porque el ser es fortuito,
y los hombres no han llegado,
a comprender que su palmito
nunca estuvo si no hay palmo.

Moriréis sin remisión,
y si el cielo se os abriera,
no creáis que es para entrar,
que las puertas que se abren
no son toda la verdad,
y es posible que ese padre,
os espere en el juicio de una tarde
ocaso tan brillante y terrenal.

Preguntaréis sobre los inicios
de la conquista del humano,
y se os dirá que siempre el método
y a veces lo inventado,
por curioso en la sospecha
intuyó en millones de años:
tanto mal hay en la flecha
como buena rueda al carro,
y si un sol no quema leña
¿para qué un sol aguado?

Y ese dios de la energía
no es que fuera un dios amado;
tanto miedo le tenían
que inventaron otros tantos,
y poder dar a la vida,
el sentido, y el motivo perfumado.​

 

Dudas y verdades. Para analizar en profundidad este instructivo y generoso poema. Voy por las fórmulas.

Saludos, poeta.

 

Muchas gracias por el comentario, Antonio. Un abrazo

 

Muchas gracias por el comentario, cipres, un abrazo