No sana mi Chile herido.

No sana mi Chile herido.

La viuda pena que emana
no sana,
ni el tiempo con su desfile,
mi Chile
sin perdón y sin olvido,
herido
llora al desaparecido,
asquea la falsa gloria
donde sangra nuestra historia,
no sana mi Chile herido...​

 

¡hola Anabil Cuadra!

Muy buen ovillejo; como dice un dicho: "si por allá llueve, por acá no escampa"; ese es el común denominador de nuestros países, con gobiernos ultraderechistas que con sus paquetazos neoliberales arrasan con la economía de los pueblos, abriéndoseles de piernas a las multinacionales para el beneficio de estas y enriquecimiento de unos pocos, sin importarles la suerte de los pueblos; ahora mismo el gobierno chileno es uno de los más ultraderechistas y represivos que hay en la región junto con el colombiano, este con cara de oveja y apellido santo, pero con alma de lobo; sin embargo la alienación de los pueblos hacen ver lobos donde no existen y ovejas donde hay chacales.

Sigifredo

 

[TABLE="width: 500"]
[TR]
[TD="align: center"]
[/TD]
[/TR]
[TR]
[TD]Buen ovillejo, estimado Anabil, con un contenido social que sin duda atraerá sus justos comentarios. Celebro la manera tan acertada de transmitir el mensaje basándote en tan breve y tan delicada estructura poética. ¡Feliz domingo, Campeón! Un abrazo.
[/TD]
[/TR]
[/TABLE]

 

Excelente trabajo,muy lindo...solo pienso en una frase muy cierta..."los pueblos tienen los gobernantes que se merecen", algo así...sin embrago si se vota por el gobernante justo, las cosas pueden ir cambiando, pero mira la baja adhesión en las ultimas elecciones en Chile, especialmente de los jóvenes, así no se cambian los Gobiernos, no con la indiferencia, saludos poeta

 

Intenso y denso ovillejo, querido amigo, en el que destilas la profunda pena por tu patria herida.

Es un poema de denuncia, pero lo haces desde la suavidad, sin ira, con la tristeza a flor de piel, y ¿sabes?, que en esa suavidad subyace toda la fuerza de la rabia contenida y del grito que reclama la memoria de los desaparecidos, y así lo he sentido, llegando con más fuerza al lector, precisamente a causa de esa suavidad.

Mis estrellas, querido amigo, que su brillo ciegue el alma negra de los verdugos, y que sus luces tracen senderos de gloria eterna por los que transite la esencia de las víctimas. Y, si la maquinilla carajotilla, jaja, me permite, reputación merecida.

Un enorme abrazo.