El alma corre peligro...

Delirantes silencios contenidos,
atizan el vértice de los sentidos,
invisibles cadenas los retienen,
inertes espacios tiritan de frío,
enmudece el reproche, agoniza,
se escuda entre premisas...

Indomable lágrima... ¡huye!
mi fortaleza no te retiene,
en plena libertad... ¡fluye!
despoja el sentir de sus grilletes,
lleva mi ira a su almohada...

¡Sin piedad! desabriga su calma,
agita la lápida, de su conciencia,
revive algún brote de decencia,
¡hurga! entre sus viles despojos,
el más ínfimo rastro... de decoro.

Estalla en mí... la tormenta
¡le odia!... mi sangre inquieta,
mi propia existencia ¡maldigo!
y a pesar de todo... ¡me inclino!

Porque cual un Dios... ¡yo!... ¡le adoro!
y reverencio cada uno de sus delirios,
profeta de esta cometa que se agita,
y al viento ondea, proclamando sus designios.

¡Oh cáliz... que postras ante mi!
he de beberlo así, sin degustar...
ancilla sedienta de la verdad... ¡soy!
entrego mi voluntad... ¡me doy!

Siento que mi lenta muerte goza,
enmascarando su sadismo
entre sutiles prosas; corre mi alma peligro,
mendigando la fosa, de su cariño.



Málaga 24 septiembre de 2006

Derechos de autor...Maria del Carmen Tenllado Yuste
(Damablanca)


EXPEDIENTE MA-00843-2006

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Hermoso trabajo, un importante poema sobresaliente y precioso.

 

Los sentimientos y sus contradicciones siempre... Excelente tu poema, Damablanca. Ha sido un placer leer tus versos. Mis estrellas para ti. Saludos.

 

Magnífico poema. Todas las estrellas, reputación si acepta el sistema, y un abrazo desde el corazón

 

corre mi alma peligro,
mendigando la fosa, de su cariño.
Mendigar aunque sea amor mi querida poetisa María del Carmen
nos convierte en esclavos, pero qué podemos hacer si somos esclavos de ese deseo que nos consume por dentro, ese deseo de que nos deseen y nos hagan felices. Un beso.