Quiero ser... (la duda)

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Voy a decirles lo que quiero desde un tiempo ahora ya cansado donde un niño rozaba con mirada de agua aquellos paisajes verdes cuando aún no sabía nada de bajar a la montaña. Las puertas de sus ojos despertaban del letargo mirando cómo la nieve blanca tendida bajo el sol dormía en el silencio y al convertirse en agua pagaba el precio del deshielo con la espuma de mis sueños.
Quiero ser... quiero ser... la infancia era tan corta que la menor duda podía ocultarla. Recuerdo aquella tarde de invierno, el silencio de la nieve no era más que un murmurar suave y yo pensaba en mí mismo, porque sí, porque nada, porque todo, por si la duda, por eso. La soledad de un niño agoniza cuando es abrazado por sus padres y este olvida, que a pesar de todo ellos también van a morir, aunque sea en un día lejano y encuentren la muerte sin querer.
Quiero ser... quiero ser... quiero ser feliz con la edad, eso seguro, y hacer feliz a los demás, eso también. Desde aquel día recuerdo que hay un puñado de instantes que llevan sangre roja que controlan la vida tras pequeñas gotas de felicidad, tan solo que parece que llegan tan lentamente como un copo cae en invierno advirtiendo que es música agonizando desde el cielo.
Qué silencio aquel de los domingos traía el invierno y qué paz ésta la del hogar que pintaba de poesía los armarios y el suelo del pasillo y el calor de la cocina y el estómago vacío de no tener televisión. Aquel niño dormido que apuntaba ya desde pequeño ser mayor se quedó conmigo para siempre cual silencio de amapola o de monte, cual murmullo de corriente o canto de ruiseñor, y no quiero que la duda nos separe.
Quiero ser... quiero ser... quiero ser nieve arriba en la montaña, dormida, dormida, dormida como un bosque amaneciendo y que solo una simple duda me delate. Quiero sentir aquel frío crudo que traía consigo la luz que absorbe a cuantos niños se le pongan por delante. Y aun así, al asomarme hacia la calle creo ver a aquel niño, a pesar de todo y de todos. Entonces, a veces, cuando oigo sus pasos por el porche no tocaría el cristal de la ventana no vaya a ser que ahora me encuentre detrás de él. Debería escabullirme me pregunto, o acercarme y tocar su hombro sin vacilar para hablar sobre lo que quise y se quedó parado en aquel día, mientras las dudas se han repetido sin parar.

 

Querido Engel como siempre, tú poesía es un regalo para los sentido y para el alma,brillante, linda presentación, magia siempre he de encontrar aquí, bendiciones a tu bella y fecunda pluma, abrazos querido poeta,
Peces de colores para ti.

 

Gracias Naty por dejar siempre linda huella de tu cálida visita.
Abrazos querida amiga.

 

Un gracias por esta prosa Engel ...la fantasia te deja llevar....
Dejo estrellas para tu pluma.

Cariños

 

Gracias a ti, querida amiga, por regalarme tu presencia.
Fuerte abrazo.

 

Qué bonito es acercarse a ese niño que llevamos dentro hasta el fin, recordar con su mano abierta, todos los instantes de inocencia que manaban de su interior. Mirar con el corazón, las imágenes que desde la perspectiva infantil se modelaban para soñar ser tantas cosas hermosas, para construir un mundo. Es tierno asomarse a ese balcón de la niñez y componer tan bello relato.

Te felicito, no es fácil retrotraerse a ese tiempo y tú lo has bordado.

Un beso.

 

Que gustazo poder disfrutar esta magnífica prosa en tu cálida voz, un regalo para los sentidos... Gracias por compartirlo, un beso enorme minino!!!.

+Dama+

 

Quiero ser...
Es tan corta la infancia,
tan corta la vida misma,
que nos olvidamos unas veces de disfrutar cada momento,
cada día y cada ser que nos rodea.
incluso nos olvidamos de nosotros mismo.
Excelente trabajo Engel, bellas letras e imágenes que como siempre,
me invitan a disfrutar y reflexionar,
Es un placer venir a tu espacio, me causa bienestar,
Tendrás que pasarme la cuenta de honorarios por venir a esparcirme aquí contigo.
Besos y un fuerte abrazo amigo.

 

Gracias María por pasar y dejar de nuevo tu apreciada huella con otro de tus bellos comentario.
Un beso, leonesa linda.

 

Gracias, María. Para mí, el regalo es tu presencia.
Un beso querida amiga.

 

Este me lo apunto ya que se me antoja que tiene que ser estupendo. Volveré!!!!


Besazos amigo!

 

Gracias por subir esta empolvada prosa, Palmira. Espero tu regresooo...
Besos...

 

...Y el tiempo se detiene en la retina de esa infancia para permanecer sin dudas más allá de la vida. Perdurará la huella mezcla de melancolía y esperanza, viajará por montañas, ríos, mares o universos, viajará por cualquier fantasía que seas capaz de imaginar y brotará y brotará de nuevo, como si cada paso acabara de nacer, un sueño llevado a cabo para deleite de quien desee dejarse mecer por tu voz y el mensaje tan intenso que de ella sale....

Un abrazo

 

Brillante y conmovedor comentario, Palmira. Mil gracias y mil besos para ti.
Feliz domingo.

 

Saludos cordiales Desiré.
Gracias a tu comentario recupero esta prosa.